LECCIÓN 138
El Cielo es la alternativa por la que me tengo
que decidir.
1. En este mundo, el Cielo es algo que se elige porque
en este mundo se cree que hay alternativas entre las que se puede elegir. 2Pensamos
que todas las cosas tienen un opuesto y que elegimos lo que
queremos. 3Si el Cielo existe tiene que haber también un infierno,
pues es mediante contradicciones como construimos lo que percibimos y lo que
pensamos que es real.
2. La creación no
conoce opuestos. 2Pero aquí, la oposición es parte de lo que es
"real". 3Esta extraña percepción de la verdad es lo que
hace que elegir el Cielo parezca ser lo mismo que renunciar al infierno. 4En
realidad no es así. 5Mas lo que es verdad en la creación de Dios no
podrá ponerse de manifiesto aquí hasta que no se refleje en alguna forma que el
mundo pueda entender. 6La verdad no puede arribar allí donde sólo
podría ser percibida con miedo. 7Pues esto constituiría el error de
que la verdad puede ser llevada ante las ilusiones. 8La oposición le
niega la bienvenida a la verdad y ésta no puede hacer acto de presencia.
3.
Elegir es obviamente la manera
de poder escapar de lo que aparentemente son opuestos. 2Tomar una
decisión permite que uno de los objetivos en conflicto se convierta en la mira
de tus esfuerzos y en lo que empleas el tiempo. 3Si no tomas una
decisión, desperdicias el tiempo y tus esfuerzos se disipan. 4Éstos
son en vano y el tiempo pasa de largo sin que te resulte provechoso. 5No
tienes la sensación de haber logrado algo, pues no has conseguido nada ni
aprendido nada.
4. Es necesario
que se te recuerde que aunque crees enfrentarte a miles de alternativas, en
realidad sólo hay una. 2E incluso ésta tan sólo aparenta ser una
alternativa. 3No te dejes confundir por todas las dudas que una
miríada de decisiones produciría. 4Tomas solamente una. 5Y una vez que la has tomado, percibes que no fue una
decisión en absoluto, 6pues sólo la verdad es verdad y nada más lo
es. 7No hay opuesto que se pueda elegir en su lugar. 8No
hay nada que pueda contradecir la verdad.
5.
Toda decisión está basada en lo
que se ha aprendido. 2Y la verdad no es algo que se pueda aprender
sino tan sólo reconocer. 3En este reconocimiento reside su
aceptación, y al aceptarse, se conoce. 4Mas el conocimiento se
encuentra más allá de los objetivos que nos proponemos enseñar dentro del
marco de este curso. 5Nuestros objetivos son objetivos de enseñanza
que se logran al aprender cómo alcanzarlos, qué son y qué te ofrecen. 6Tus
decisiones son el resultado de lo que has aprendido, pues se basan en lo que has aceptado como la verdad con respecto
a lo que eres y a lo que son tus necesidades.
6.
En este mundo de enajenante
complejidad el Cielo parece ser una alternativa en lugar de lo que meramente
es. 2De todas las decisiones que has tratado de tomar, ésta es la
más sencilla, la definitiva, el prototipo del resto y la que hace que sea
innecesario tomar todas las demás. 3Incluso si éstas ya se hubiesen
resuelto, aquella seguiría sin resolver. 4Mas cuando la resuelves,
las demás se resuelven con ella, pues todas las decisiones parecen ser diferentes
precisamente para ocultar la verdadera decisión que tienes que tomar. 5He
aquí la última y única alternativa mediante la cual se acepta o se
niega la verdad.
7.
Así pues, hoy comenzamos a
examinar la decisión que el tiempo tiene como fin ayudarnos a tomar. 2Tal
es su santo propósito, diferente ahora del que tú le habías conferido: ser un
medio para demostrar que el infierno era real, que toda esperanza acaba en
desesperación y que la vida misma finalmente sucumbirá ante la muerte. 3Pues
sólo con la muerte se reconcilian los opuestos, ya que poner fin a la
contradicción es morir. 4Y así, se considera que la salvación es la
muerte, pues la vida se ve como un conflicto.5Resolver el conflicto
es, por lo tanto, poner fin a tu vida.
8. Estas creencias descabelladas pueden llegar a
arraigarse profundamente y de manera inconsciente, y atenazar a la mente con
un terror y una ansiedad tan intensos que le resulta imposible abandonar las
ideas que tiene acerca de su propia seguridad. 2Tiene que ser
salvada de la salvación, sentirse amenazada para estar a salvo y armarse de una
coraza mágica que la proteja de la verdad. 3Y estas decisiones se toman
de manera inconsciente para mantenerlas convenientemente protegidas y para que
no se puedan cuestionar, someter al escrutinio de la razón o dudar de ellas.
9. El Cielo es
algo que se elige conscientemente. 2La elección no puede llevarse a
cabo hasta que no se hayan visto y entendido claramente las alternativas. 3Todo
lo que se encuentra velado en la penumbra tiene que someterse al entendimiento
para ser juzgado nuevamente, mas esta vez con la ayuda del Cielo. 4Y todos los errores de juicio que la mente cometió
previamente pueden ser ahora corregidos, a
medida que la verdad los descarta por carecer
de causa. 5Ahora no tienen efectos. 6No se pueden
ocultar, pues se ha reconocido su insustancialidad.
10. Que el
Cielo se elegirá conscientemente es tan seguro como que se dejará de tenerle miedo
al infierno una vez que se le saque de su escudo protector de inconsciencia y
se le lleve ante la luz. 2¿Quién podría decidir entre lo que ve
claramente y lo que no reconoce? 3Por otra parte, ¿quién podría
dejar de elegir entre dos alternativas si ve que sólo una de ellas es valiosa y
que la otra carece de valor al no ser más que una fuente imaginaria de culpabilidad
y de dolor? 4¿Quién podría titubear al llevar a cabo una elección
como ésa? 5¿Y vamos nosotros acaso a titubear hoy al llevarla a
cabo?
11. Al
despertar nos decidimos por el Cielo, y dedicamos cinco minutos a asegurarnos
de que hemos tomado la única decisión que es cuerda. 2Reconocemos
que estamos haciendo una elección consciente entre lo
que existe y lo que tan sólo aparenta ser verdad.
3Mas cuando se lleva ante la luz de lo que es real, se ve cuán
frágil y transparente es su pseudo-existencia. 4Ahora no inspira
terror, pues lo que se hizo enorme, vengativo y despiadado de tanto odio,
necesita de la oscuridad para dar cobijo al miedo. 5Ahora se
reconoce que no fue más que un error trivial y sin importancia.
12. Antes de irnos a dormir esta noche,
reafirmaremos la elección que habremos estado llevando a cabo cada hora. 2Y ahora
dedicaremos los últimos cinco minutos de nuestro día a la decisión que tomamos
al despertar. 3Con el pasar de cada hora hemos reafirmado nuestra
elección con un breve momento de quietud dedicado a mantener la cordura. 4Y
finalmente, concluiremos el día con lo que sigue a continuación, reconociendo
que sólo elegimos lo que realmente queremos:
6Me decido por él ahora y no cambiaré de parecer, pues es lo único que quiero.
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Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
http://www.un-curso-de-milagros.com/milagros/LECCIONES-UCDM.pdf
LECCIÓN 138 - 18 MAYO
“El
Cielo es la alternativa por la que me tengo que decidir”
Instrucciones
para la práctica
Propósito:
Elegir
el Cielo, “la decisión que el tiempo tiene como fin ayudarnos a tomar” (7:1).
Más
largo: 2 (los primeros y los últimos momentos del día), durante cinco
minutos.
Utiliza estos cinco minutos para elegir el Cielo de una manera
firme y definitiva.
- Empieza diciendo: “El Cielo es la alternativa por la que me tengo que decidir. Me decido por él ahora y no cambiaré de parecer, pues es lo único que quiero”.
- Luego pasa el resto del tiempo llevando a tu mente a un lugar donde dices de corazón estas palabras. Esto probablemente requiera llevar a la luz las creencias inconscientes de que la vida es algo terrorífico donde toda esperanza es finalmente devorada por la muerte, y donde la muerte es tristemente la única escapatoria del conflicto. Trae este sistema de creencias a la luz y pide la ayuda del Cielo, y verás que esta opinión no sirve para nada en absoluto, “que tan sólo aparenta ser verdad” (11:2). Luego deja esta infernal opinión de la vida, que no tiene ninguna realidad, junto a la alternativa: el Cielo. Si lo haces, verás que elegir el Cielo es tan claro y natural que no es una elección.
Más
corto: Cada hora, durante un corto tiempo de quietud.
Conscientemente afirma de
nuevo la elección que has hecho por la mañana diciendo: “El Cielo es la
alternativa por la que me tengo que decidir. Me decido por él ahora y no
cambiaré de parecer, pues es lo único que quiero”. Hay una nota de fuerza en estas frases, por lo que puedes darle más
fuerza a “tengo” y “ahora” y “no”.
Observaciones:
Dedica
la práctica de la noche a reafirmar la elección que has hecho al comienzo del
día y que has reforzado cada hora. Al terminar de este modo, dedicas todo el
día a la elección del Cielo.
Comentario
La lección hace algunos
contrastes rotundos entre este mundo y la creación. Uno es un reino de
dualidades, en el que “la oposición es parte de lo que es "real"”
(2:2). El otro es un reino de unidad, de igualdad perfecta. “La creación no
conoce opuestos” (2:1). Ésta es la clásica discusión acerca de lo que puede
llamarse dualidad y no-dualidad.
No-dualidad o unicidad (uno
y lo mismo), es lo que es real. Donde hay unicidad no puede haber elección,
porque no hay nada entre lo que elegir. Si la unicidad es la realidad, entonces
la elección, cualquier elección, es una ilusión y nada más. La elección es
imposible, impensable. Eso es la realidad.
Dentro de nuestro sueño, la
verdad no puede entrar porque sólo se encontraría con el miedo; la
imposibilidad de elección de la unidad parece la última amenaza para una mente
que cree que todo lo que existe es dualidad. Por lo tanto, en este mundo,
estamos aprendiendo a tomar una decisión, la final. Es una elección para acabar
con todas las decisiones, la elección entre la ilusión y la realidad. El tiempo
existe únicamente para hacer esta elección, para “darnos tiempo” para hacerla.
Se nos pide que elijamos el Cielo en lugar del infierno.
Hace años, antes de
encontrar el Curso, había pasado por un montón de cosas, leído un montón de
libros, asistido a muchos seminarios. Me senté un día intentando extraer, por
escrito, lo que había aprendido de la vida. Estaba escribiendo para mis hijos,
entonces adolescentes. Recuerdo claramente que en el aquel momento de mi vida,
sentí que sólo estaba seguro de dos cosas:
Una, que puedes contar con
el Universo.
Dos, que la felicidad es una
decisión que yo tomo.
No me molestaré en comentar
la primera, pero la segunda es fundamental para el Curso, la comprensión de que
nada fuera de mi mente me hace feliz o desgraciado, mi felicidad es enteramente
el resultado de mi propia elección.
Cuando leí por primera vez
esta lección en el Libro de Ejercicios
me quedé sorprendido por la semejanza de la idea, incluso las mismas
palabras. “El Cielo es la alternativa por la que me tengo que decidir”. Quizá
el hecho de que yo había llegado a esta conclusión por mi cuenta fue una de las
razones por la que acepté el Curso tan
rápidamente, confirmaba lo que para mí era la esencia de mi propia sabiduría
personal, palabras que por lo que yo sabía eran enteramente mías. Aquí estaba
este libro, diciéndome lo mismo. Al decir que tenemos que elegir el Cielo y que
ésta es “la decisión” que tenemos que tomar, el Curso está diciendo que aprender esto es de lo que trata la vida. Es
“la decisión que el tiempo tiene como fin ayudarnos a tomar” (7:1). Es una
elección, una decisión, que acepta la total responsabilidad de la mente por el
modo en que ve la realidad.
Pero la lección dice mucho
más que esto. La discusión entre dualidad y no-dualidad en esta lección explica
claramente por qué tantos de nosotros, sin duda la mayoría de nosotros,
experimentamos tal división o conflicto interno en aceptar la simple verdad.
Hemos llegado a convencernos de que los opuestos y el conflicto no son
simplemente parte de la vida, son la
vida. Para nosotros son la realidad.
“La vida se ve como un conflicto” (7:4). Esta creencia se muestra, por ejemplo,
en el planteamiento un tanto frívolo de que el Cielo, donde nada cambia y no
hay opuestos, suena aburrido. Somos adictos a los sucesos dramáticos, nos
dedicamos a la deliciosa agonía de la indecisión. Para nosotros, no tener
elecciones suena como la muerte. Resolver finalmente y completamente el
conflicto nos parece el final de la vida misma.
Sin embargo, eso es lo que
el Curso nos promete y nos pide: el final de todo conflicto. Cuando esto surge
en nuestra mente, retrocedemos en terror mortal.
Estas creencias
descabelladas pueden llegar a arraigarse profundamente y de manera
inconsciente, y atenazar a la mente con un terror y una ansiedad tan intensos
que le resulta imposible abandonar las ideas que tiene acerca de su propia
seguridad. Tiene que ser salvada de la salvación, sentirse amenazada para estar
a salvo y armarse de una coraza mágica que la proteja de la verdad. (8:1-2)
Esto es inconsciente, no nos
damos cuenta de lo que está sucediendo. Pero literalmente huimos de la verdad,
y retrocedemos ante el amor total, sin saber lo que estamos haciendo. Casi todo
el mundo que trabaja con el Curso durante un tiempo siente esto en su vida.
Parece como si se nos pidiera morir. Y en cierto sentido, así es: morir a la
vida como la hemos conocido.
La única salida es cambiar.
Cambiar del miedo al amor. “El Cielo es algo que se elige conscientemente”
(9:1). Para que una decisión sea consciente, las dos alternativas deben
verse con claridad. Tenemos que ver el infierno a plena luz del día, así como
el Cielo. Nuestro miedo del infierno, nuestro terror a la destrucción, nuestra
agonía por la culpa deben “someterse al entendimiento para ser juzgado
nuevamente, mas esta vez con la ayuda del Cielo” (9:3). Fue nuestro propio
deseo de otro plan distinto al Cielo lo que hizo el infierno, y tenemos que
entender que la dualidad es una fiera que hemos inventado nosotros, y que
nuestro deseo no tiene ningún efecto
real.
“¿Quién podría decidir entre
lo que ve claramente y lo que no reconoce? Por otra parte, ¿quién podría dejar
de elegir entre dos alternativas si ve que sólo una de ellas es valiosa y que
la otra carece de valor al no ser más que una fuente imaginaria de culpabilidad
y de dolor?” (10:2-3).
Nuestra invención de la dualidad parece una cosa tan monstruosa,
enterrada en la mente para no darnos cuenta de ella, “se hizo enorme, vengativo
y despiadado de tanto odio” (11:4), pero cuando se lleva a la luz de la
consciencia “ahora se reconoce que no fue más que un error trivial y sin
importancia” (11:5). Todo lo que la mantiene como está es nuestra culpa a causa
de ello. Cuando la miramos de nuevo, ahora “con la ayuda del Cielo”, la elección
de abandonarla se convierte en la única decisión que podemos tomar. Y en esa
decisión somos liberados.
AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
VIDEO Mich Gaymard
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