LECCIÓN 214
No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó.
1.
(194) Pongo el futuro en Manos de Dios.
2El pasado ya pasó y el futuro
aún no ha llegado. 3Ahora estoy libre de ambos. 4Pues
lo que Dios da sólo puede ser para el bien. 5Y acepto
únicamente lo que Él da como lo que me pertenece.
8Pues aún soy como Dios me creó.
--------------------------------
Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
http://www.un-curso-de-milagros.com/milagros/LECCIONES-UCDM.pdf
LECCIÓN 214
- 2 AGOSTO
“No soy un
cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”
(194) “Pongo el futuro en Manos de Dios”
“No soy un
cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”
Instrucciones para la práctica
Ver las
instrucciones para la práctica del Sexto Repaso
SEXTO REPASO.
INSTRUCCIONES PARA LA PRÁCTICA
Propósito: Repasar cuidadosamente las
últimas 20 lecciones, cada una de las cuales contiene todo el plan de estudios
en su totalidad y, por lo tanto, es suficiente para la salvación, si se
entiende, se practica, se acepta y se aplica sin excepción.
Tiempo de quietud por la mañana/ noche: por lo menos quince minutos.
- Repite: “No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”.
- Cierra los ojos y abandona todo lo que abarrota tu mente, olvídate de todo lo que crees saber. Dedícale el tiempo al Espíritu Santo, tu Maestro. Si te das cuenta de algún pensamiento de distracción, de inmediato niega que seas su presa, asegurándole a tu mente que ya no lo quieres más. Luego abandónalo y sustitúyelo con la idea del día. Di: “No quiero este pensamiento. El que quiero es ________” (la idea del día).
Observaciones: Estamos intentando ir más allá de
las formas especiales de práctica porque lo que estamos intentando es ir más de prisa por una senda más corta que nos conduce a la
serenidad y a la paz de Dios, que es nuestro objetivo.
Recordatorios cada hora: Repite: “No soy un cuerpo. Soy
libre. Pues aún soy tal como Dios me creó”.
Respuesta a la tentación: No dejes pasar un solo
pensamiento trivial sin confrontarlo. Si adviertes alguno, niega su dominio
sobre ti y apresúrate a asegurarle a tu mente que no es eso lo que quiere.
Luego descarta tranquilamente el pensamiento que negaste y de inmediato y sin
titubear sustitúyelo por la idea con la que estés practicando ese día,
diciendo: “No quiero este pensamiento. El
que quiero es ________” (la idea del día).
COMENTARIOS SOBRE
LA PRÁCTICA
- Intentamos abandonar las palabras.
- Intentamos abandonar las formas especiales de practicar.
Para
las sesiones de práctica más largas nuestras únicas instrucciones son:
- Vaciar nuestra mente de todo lo que la abarrota y olvidar todo lo que pensábamos que sabíamos.
- Entregamos nuestras sesiones de práctica al Espíritu Santo, Quien nos enseñará qué pensar, decir y hacer, y Quien guiará nuestras sesiones de práctica.
Hay dos
excepciones a esta falta de estructura:
- Se nos dice que no dejemos pasar ningún pensamiento vano o distraído sin respuesta durante nuestro tiempo de quietud.
- Se nos dan unos pocos pensamientos concretos (unas pocas líneas) para la lección de cada día, para que nos ayuden en nuestra práctica.
Comentario
Aceptar
que el pasado se ha ido es de sentido común, porque por definición, lo que es
“pasado” ya no está aquí, se ha ido. Únicamente nuestro apego a las cosas del
pasado, nuestra insistencia en repetir continuamente acontecimientos del pasado
y darles vuelta en nuestra mente una y otra vez, puede tener algún efecto en el
presente. Los efectos que sentimos no son del pasado sino de nuestros
pensamientos actuales sobre el pasado.
Aceptar
que el futuro todavía no ha llegado es también de sentido común, porque de
nuevo por definición, lo que es futuro no está aquí ahora. No puede tener
efectos sobre el momento presente. Sólo nuestra imaginación mental de lo que el
futuro podría traer, y nuestros pensamientos de lo que todavía no ha llegado,
pueden tener efectos en el presente.
En los
dos casos, los efectos que imaginamos procedentes del pasado o del futuro, de
hecho, proceden de nuestros pensamientos actuales Por lo tanto, únicamente
cambiando nuestra manera de pensar pueden cambiarse esos efectos. Cuando soy
capaz de abandonar mentalmente el pasado y el futuro, poniendo el futuro en
Manos de Dios, se me libera de sus aparentes efectos. Estoy en libertad, en el
ahora, para abrirme a aceptar lo que Dios me está dando ahora.
Las
circunstancias actuales en las que me encuentro pueden parecer amenazadoras. En
mi percepción, pueden haber sucedido a causa de acontecimientos pasados. Pueden
parecer que me llevan a un futuro desgraciado. Sin embargo, si puedo abrir mi
mente y creer que: “Lo que Dios da sólo puede ser para el bien” (L.214.1:4),
entonces ese bien me vendrá. No podemos conocer todos los factores involucrados
en los acontecimientos de nuestras vidas y sus efectos en cada uno de los que
nos rodean. Pero Dios los conoce. Podemos con seguridad y confianza abandonar
nuestros planes, y dejar el futuro en Manos de Dios. Podemos mirar a las cosas
que parecen traernos el mal y rechazar el mal, aceptando únicamente lo que Dios da como lo que de verdad nos
pertenece. Hay un regalo de Dios en todo, si lo miramos cuidadosamente. Para
poner el futuro en Manos de Dios, tenemos que abandonarnos y dejar de intentar
organizar los acontecimientos de nuestra vida. Hacer esto es una lección
constante de confianza. La confianza es la clave, un ingrediente esencial para poner el futuro en Manos de Dios.
En el
Manual para el Maestro, el paso fundamental en el proceso de desarrollo desde
“maestro de Dios” a “maestro avanzado de Dios” es el desarrollo de la
confianza. Pasa por varias etapas, expuestas en el Manual con claridad. La
mayor parte de esas etapas conlleva alguna incomodidad, porque hasta que
hayamos adquirido la confianza de verdad, seguimos intentando adelantarnos a
Dios. El dolor no viene de aprender, sino de lo que no se ha aprendido todavía.
Lo que estamos aprendiendo eliminará el sufrimiento, pero durante el camino el sufrimiento
parece casi inevitable. “Son pocos los maestros de Dios que se escapan completamente
de esta zozobra” (M.4.I.5:3). Sin embargo, cuando la lección se ha aprendido,
la paz será completamente distinta a todo lo que hayamos conocido. Sólo podemos
imaginarnos cómo se siente estando totalmente libre de ansiedades, y sin
embargo si hemos puesto nuestro futuro en Manos de Dios, ¿qué otra cosa
podríamos tener?
Cada
esfuerzo que hacemos en esta dirección es beneficioso. Cada instante que
ponemos en Sus Manos disminuirá la carga de preocupación que acarreamos
constantemente en nuestra vida. Poco a poco, estamos aprendiendo a entregarle a
Él todas nuestras preocupaciones, confiando en que Él nos cuida.
AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-214-audios-mp3_rf_4924696_1.html
VIDEO Mich Gaymard:
https://www.youtube.com/watch?v=EEyYRz_aYvQ
No hay comentarios:
Publicar un comentario