Lección 240 - 28 de Agosto “El miedo, de la clase que sea, no está justificado”

Lecciones UN CURSO DE MILAGROS



 
LECCIÓN 240

El miedo, de la clase que sea, no está justificado.

1. El miedo es un engaño. 2Da testimonio de que te has visto a ti mismo como nunca podrías ser y, por lo tanto, contemplas un mundo que no puede ser real. 3Ni una sola cosa en ese mundo es verdad. 4Sea cual sea la forma en que se manifieste, 5sólo da fe de tus ilusiones acerca de ti mismo. 6No nos dejemos engañar hoy. 7Somos los Hijos de Dios. 8El miedo no tiene cabida en nosotros, pues cada uno de nosotros es parte del Amor Mismo.
2. ¡Cuán infundados son nuestros miedos! 2¿Ibas acaso a permitir que Tu Hijo sufriese? 3Danos fe hoy para reconocer a Tu Hijo y liberarlo. 4Perdonémosle hoy en Tu Nombre, para poder entender su santidad y sentir por él el amor que Tú también sientes por él.

--------------------------------

Ayuda para las lecciones:
de  Robert Perry  y Allen Watson
http://www.un-curso-de-milagros.com/milagros/LECCIONES-UCDM.pdf


LECCIÓN 240    -     28  AGOSTO

El miedo, de la clase que sea, no está justificado

Instrucciones para la práctica

Ver las instrucciones para la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o en la Tarjeta de Práctica  de este libro.

Comentario

“El miedo es un engaño” (1:1). Cuando tenemos miedo, hemos sido engañados por alguna mentira, porque, puesto que somos el Hijo de Dios y parte del Amor Mismo (1:7-8), nada puede hacernos daño o causarnos pérdida de ningún tipo. Por lo tanto, cuando aparece el miedo, nos hemos visto a nosotros mismos como nunca podríamos ser (1:2). La realidad de lo que somos no está nunca en peligro: “Nada real puede ser amenazado” (T.In.2:2). Es imposible que nada del mundo pueda amenazarnos, “Ni una sola cosa en ese mundo es verdad” (1:3). “Nada irreal existe” (T.In.2:3).

Todas las amenazas del mundo, sean cuales sean las formas en que se manifiesten, sólo dan fe de nuestras ilusiones acerca de nosotros mismos (1:4-5). Nos vemos a nosotros mismos como indefensos, como un cuerpo, como un ego, como una forma de vida física que puede apagarse en un instante. Eso no es lo que somos; y cuando tenemos miedo, eso es lo que estamos pensando que somos. Para que podamos pensar que somos algo distinto -el eterno Hijo de Dios, por siempre seguros en el Amor de Dios, más allá del alcance de la muerte- tenemos que estar dispuestos a aprender que todo lo del mundo no es real. Finalmente tenemos que ver que el intento de aferrarnos a la realidad de este mundo es aferrarnos a la muerte.

Si insistimos en hacer este mundo real, la afirmación de hoy: “El miedo, de la clase que sea, no está justificado nunca nos parecerá verdad. En este mundo todo puede ser atacado, todo puede cambiar, y finalmente desaparecer. Si intentamos aferrarnos a ello, no se puede evitar el miedo porque el final de aquello a lo que nos aferramos es seguro. El único modo de liberarnos verdaderamente del miedo es dejar de darle valor a todo y valorar sólo lo eterno.

Esto no significa que no podamos disfrutar de las cosas que son pasajeras, que no podamos por ejemplo pararnos a apreciar la belleza de una puesta de sol que sólo dura unos minutos. Pero entendemos que no es la puesta de sol lo que valoramos, sino la belleza que refleja por un momento. No es el contacto con un cuerpo lo que valoramos, un cuerpo que se marchita y se acaba, sino el amor eterno que alcanza y refleja durante un momento. No la forma, sino el contenido. No el símbolo, sino su significado. No los sobretonos, ni los armónicos,  ni los ecos, sino la eterna canción del Amor (Canc.1I.3:4).

Que hoy repita: “El miedo, de la clase que sea, no está justificado”. Y cuando surja el miedo, que recuerde que no hay nada que temer (2:1). Que recuerde que no hay ninguna razón para el miedo. Que mis miedos me recuerden la verdad de que lo que yo valoro nunca muere.

­

¿Qué es la salvación?  (Parte 10)

L.pII.2.5:2

La salvación no es un mundo material perfecto, sino un estado mental en el que “la eternidad haya disuelto al mundo con su luz y el Cielo sea lo único que exista” (5:2). Cuando entramos en el instante santo con mayor frecuencia, y la visión del “mundo real” que trae, estamos literalmente acelerando el final del tiempo. Las palabras “mundo real” es una contradicción, son dos palabras que se contradicen la una a la otra, pues el mundo no es real. (Ver T.26.III.3:1-3). El mundo real es la meta que el Curso quiere para nosotros y, sin embargo, cuando se alcanza completamente, apenas tendremos tiempo de apreciarlo antes de que Dios dé Su Último Paso, y la ilusión del mundo desaparezca en la realidad del Cielo (T.17.II.4:4). La pesadilla se transforma poco a poco en un sueño feliz, y cuando todas las pesadillas hayan desaparecido, no habrá ya necesidad de soñar, despertaremos.

La salvación es el proceso de transformar la pesadilla en un sueño feliz, el proceso de deshacer las ilusiones, el proceso de eliminar los obstáculos que hemos levantado en contra del amor, en resumen, el proceso del perdón. La experiencia en la que ahora estamos es nuestra aula de aprendizaje. La razón por la que estamos aquí es para aprender la verdad o, más bien, para desaprender los errores. El Curso nos pide que nos alegremos de aprender, y que tengamos paciencia. “No temas que se te vaya a elevar y a arrojar abruptamente a la realidad” (T.16.VI.8:1-2). Nos aterrorizaría, como un niño de guardería al que de repente le hacen presidente, o un alumno de primer curso de piano al que obligan a dar un concierto de piano en un lugar de mucho prestigio. Cada uno de nosotros está exactamente donde le corresponde, aprendiendo justamente lo que necesita aprender. Entremos, pues, de todo corazón y llenos de gozo en el proceso, practicando nuestros instantes santos, recibiendo nuestros pequeños destellos del mundo real, cada uno asegurándonos de la realidad de nuestra meta y de la seguridad de su logro.


AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-240-audios-mp3_rf_5310547_1.html


VIDEO Mich Gaymard:
http://www.michelgaymard.com/site/leccion-240-el-miedo-de-la-clase-que-sea-no-este-justificado/

No hay comentarios:

Publicar un comentario