8. ¿Qué es el mundo real?
1. El mundo real es un símbolo, como todo lo demás que
la percepción ofrece. 2No obstante, es lo opuesto a lo que tú
fabricaste. 3Ves tu mundo a través de los ojos del miedo, lo cual te
trae a la mente los testigos del terror. 4El mundo real sólo lo
pueden percibir los ojos que han sido bendecidos por el perdón, los cuales,
consecuentemente, ven un mundo donde el terror es imposible y donde no se puede
encontrar ningún testigo del miedo.
2. El mundo real te ofrece una contrapartida para cada pensamiento de
infelicidad que se ve reflejado en tu mundo, una corrección segura para las
escenas de miedo y los clamores de batalla que pueblan tu mundo. 2El
mundo real muestra un mundo que se contempla de otra manera: a través de ojos serenos y de una mente en paz. 3Allí
sólo hay reposo. 4No se oyen gritos de dolor o de pesar, pues allí
nada está excluido del perdón. 5Y las
escenas que se ven son apacibles, 6pues sólo escenas y sonidos
felices pueden llegar hasta la mente que se ha perdonado a sí misma.
3. ¿Qué necesidad tiene dicha mente de
pensamientos de muerte, asesinato o ataque? 2¿De qué puede sentirse
rodeada sino de seguridad, amor y dicha? 3¿Qué podría haber que
ella quisiese condenar? a¿Y contra qué querría juzgar? 4El mundo que ve emana de una mente que está en paz
consigo misma. 5No ve peligro en nada de lo que contempla, pues es
bondadosa, y lo único que ve es bondad.
4. El mundo real es el símbolo de que al sueño de
pecado y culpabilidad le ha llegado su fin y de que el Hijo de Dios ha despertado.
2Y sus ojos, abiertos ahora, perciben el inequívoco reflejo del Amor
de su Padre, la infalible promesa de que ha sido redimido. 3El
mundo real representa el final del tiempo, pues cuando se percibe, el tiempo
deja de tener objeto.
5. El Espíritu Santo no tiene necesidad del tiempo
una vez que éste ha servido el propósito que Él le había asignado. 2Ahora
espera un sólo instante más para que Dios dé el paso final y el tiempo
desaparezca llevándose consigo la percepción y dejando solamente a la verdad
para que sea tal como es. 3Ese instante es nuestro objetivo, pues en
él yace el recuerdo de Dios. 4Y al contemplar un mundo perdonado,
Él es Quien nos llama y nos viene a buscar para llevarnos a casa, recordándonos
nuestra Identidad, la cual nos ha sido restituida mediante nuestro perdón.
LECCIÓN 291
Éste es un día de sosiego y de paz.
1. Hoy la visión de Cristo contempla todo a través de mí. 2Su vista me muestra que todas
las cosas han sido perdonadas y que se encuentran en paz, y le ofrece esa misma
visión al mundo. 3En su nombre acepto esta visión para mí, así como
para el mundo. 4¡Cuánta hermosura contemplamos en este día! 5¡Cuánta
santidad vemos a nuestro alrededor! 6Y se nos concede reconocer que es una santidad que
compartimos, pues es la Santidad de Dios Mismo.
2. Mi mente se aquieta hoy,
para recibir los Pensamientos que Tú me ofreces. 2Y acepto lo que
procede de Ti, en lugar de lo que procede de mí. 3No sé cómo
llegar hasta Ti. 4Mas Tú lo sabes perfectamente. 5Padre,
guía a Tu Hijo por el tranquilo sendero que conduce a Ti. 6Haz que mi
perdón sea total y completo y que Tu recuerdo retorne a mí.
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Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
http://www.un-curso-de-milagros.com/milagros/LECCIONES-UCDM.pdf
LECCIÓN 291 - 18 OCTUBRE
“Éste es un día de sosiego
y de paz”
Instrucciones
para la práctica
Ver las instrucciones para
la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o
en la Tarjeta de Práctica de este
libro.
Comentario
Escribo mis comentarios
sobre esta lección al final del día (así os estará esperando en vuestro e-mail
mañana1). Hoy mi día parecía ser cualquier cosa menos un día de
sosiego y de paz, más bien un día de un ritmo asombroso. Iba corriendo para
satisfacer las necesidades de mi cuerpo, comprando comestibles que se me habían
agotado, vitaminas, cuchillas de afeitar, y otras cosas. En el fondo de mi
mente tenía un librito que estaba a punto de terminar (y ya iba con retraso),
un folleto sobre un cursillo que se acercaba, algunas llamadas de teléfono que
tenía que hacer, un montón de correspondencia por leer y contestar. La comida a
las 3:45 de la tarde y la cena a las 8:15. Mis asuntos son diferentes de los
tuyos pero estoy seguro que muchos días tuyos son de estilo parecido, aunque no
en contenido.
Todos tenemos las exigencias
del tiempo y de las circunstancias sobre nosotros. ¿Cómo encontramos paz
interior en el medio de todo esto? Esta lección habla de “la visión de Cristo” que “hoy contempla todo a
través de mí” (1:1). “Su vista me muestra que todas las cosas han sido
perdonadas y que se encuentran en paz, y le ofrece esa misma visión al mundo”
(1:2). La paz de la que se habla aquí viene de una perspectiva diferente, es
una paz interior. En otro sitio del
Curso se reconoce que cuando vivimos en este mundo estamos metidos en el
“ajetreo” (T.18.VII.8:3). No es que el ajetreo cese, sino que nuestra mente
puede estar en paz metidos de lleno en el ajetreo, en un “tranquilo centro”
desde el que actuamos (la misma referencia).
No he
hecho muy bien eso de mantener hoy ese tranquilo centro, mejor dicho, recordar
que estaba ahí y que podía usarlo; más bien estaba funcionando desde la
superficie de mi mente. Como resultado, me he sentido frenético. Esta lección
me llama al hogar original. La visión que Cristo me ofrece es de hermosura y
santidad (1:4-5). Es la vista de un mundo perdonado, cuyo perdón incluye el mío
propio. Es la paz de saber que aunque olvide el papel higiénico o no escriba la
carta que tengo que escribir, mi Ser no ha cambiado, Dios es mi Padre, y yo
comparto la santidad de Dios Mismo.
Hoy en
mi exceso de actividad había una sensación de que, en cierto modo, mi salvación
dependía de recordar todo lo que tenía que comprar, o terminar todas las tareas
que tenía que cumplir. ¡Qué alivio saber que estaba equivocado! Incluso en mi
estudio del Curso, a veces me entra ansiedad pensando que tengo que entender
todo perfectamente para encontrar mi camino al Hogar. En lugar de ello, como
dice esta lección, puedo relajarme:
No sé cómo
llegar hasta Ti. Mas Tú lo sabes perfectamente. Padre, guía a Tu Hijo por el tranquilo
sendero que conduce a Ti. Haz que mi perdón sea total y completo y que Tu
recuerdo retorne a mí. (2:3-6)
________________
(1) He dejado esta
frase tal como la escribí cuando apareció la primera vez que los comentarios
acerca de la lección se enviaron por correo electrónico por Internet, para
conservar el sentido original de urgente en todo el párrafo.
¿Qué es el mundo real? (Parte 1)
L.pII.8.1:1-2
Cuando el Curso trata de las
palabras “el mundo real”, es algo contradictorio. Hemos leído antes en el Libro
de Ejercicios su afirmación: “¡El mundo no
existe!” (L.132.6:2). Entonces, ¿cómo puede haber un mundo real? Incluso admite que hay contradicción en estas palabras
(T.26.III.3:3). Y aquí se nos dice en la frase del comienzo del tema: “El mundo real es un símbolo” (1:1). Un símbolo no
es la cosa que representa, sólo representa algo más, la palabra “árbol”
representa al objeto que llamamos con ese nombre. El mundo real es sólo un
símbolo, “como todo lo demás que la
percepción ofrece” (1:1).
La
palabra “árbol” no es el árbol. Del mismo modo, el mundo real no es la cosa que
representa. Sólo la representa. “No obstante, es
lo opuesto a lo que tú fabricaste” (1:2). Nosotros inventamos la separación, el
mundo real simboliza la unión (pero no es la unión). Nosotros inventamos el
miedo, el mundo real simboliza el Amor (pero no es el Amor). Nosotros
inventamos el error, el mundo real simboliza la verdad (pero no es la verdad).
El mundo
en sí mismo no es nada sino el símbolo de un pensamiento. Puede simbolizar el
pensamiento de miedo o puede simbolizar el pensamiento de Amor. Según lo veamos
puede consistir en “testigos del miedo” o “testigos del Amor” (L.pII.7.2:2). El
mundo en sí mismo no es la realidad de nada, sólo representa algo que hay en la
mente, como toda la percepción. Es “la imagen externa de una
condición interna” (T.21.In.1:5). Lo que cambia en la transformación que hace
el Espíritu Santo no es el mundo en sí mismo, sino la manera en que lo vemos,
lo que simboliza para nosotros. Por eso el mensaje del Curso para nosotros es: “No trates, por lo tanto, de cambiar el mundo,
sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él” (T.21.In.1:7).
AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
- parte 1- VIII ¿qué es el mundo real? http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-291a-vii-audios-mp3_rf_8491148_1.html
- lección 291: http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-291b-audios-mp3_rf_8491152_1.html
VIDEO Mich Gaymard:
https://www.youtube.com/watch?v=1kwsHRyK0pE
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