LECCIÓN 314
Busco un futuro diferente del pasado.
1. De una nueva percepción del mundo nace un futuro muy diferente
del pasado. 2El futuro se ve ahora simplemente como una extensión del presente. 3Los
errores del pasado no pueden ensombrecerlo, de tal modo que el miedo ha perdido
sus ídolos e imágenes, y, al no tener forma, deja de tener efectos. 4La
muerte no podrá reclamar ahora el futuro, pues ahora la vida se ha convertido
en su objetivo, y se proveen gustosamente todos los medios necesarios para su
logro. 5¿Quién podría lamentarse o sufrir cuando el presente ha sido
liberado, y su seguridad y paz se extienden hasta un futuro tranquilo y lleno
de júbilo?
2. Padre, cometimos errores en el pasado, pero ahora
elegimos valernos del presente para ser libres. 2Ponemos el
futuro en Tus Manos, y dejamos atrás nuestros errores pasados, seguros de que Tú
cumplirás las promesas que nos haces en el presente, y de que bajo su santa luz
dirigirás el futuro.
Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
http://www.un-curso-de-milagros.com/milagros/LECCIONES-UCDM.pdf
LECCIÓN 314 - 10
NOVIEMBRE
“Busco un futuro
diferente del pasado”
Instrucciones
para la práctica
Ver las instrucciones para
la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o
en la Tarjeta de Práctica de este
libro.
Comentario
Según el ego, el futuro es
sólo el resultado del pasado, es el pasado mismo extendiéndose más allá del
presente. Para el ego, el pasado condiciona el futuro. Según el Espíritu Santo:
“El futuro se ve ahora simplemente como una
extensión del presente” (1:2). Lo que elegimos ver y creer en el ahora
determina cómo será el futuro, el futuro no está condicionado por el por el
pasado. “Los errores del pasado no
pueden ensombrecerlo, de tal modo que el miedo ha perdido sus ídolos e
imágenes, y, al no tener forma, deja de tener efectos” (1:3).
Al
abandonar el pasado y reconocer que no me puede afectar ahora, atraigo un
futuro diferente al pasado. Mi elección de ahora a favor de la salvación, mi
voluntad de aceptar la Expiación para mí mismo elimina todo el miedo del pasado. Los “ídolos e imágenes” (1:3) del miedo son cosas
como toda la culpa y todas las falsas
percepciones del pasado. Ya no están al alcance del miedo cuando he puesto el
pasado en manos de Dios y he aceptado el perdón para mí mismo. Empiezo desde
este mismo instante como una pizarra limpia. Sin las formas de los ídolos e
imágenes del pasado, el miedo no puede tener efectos.
Basado
en la culpa del pasado, mi futuro era una muerte segura. Pero con el pasado
libre de “pecado”, y siendo la vida mi objetivo ahora, la muerte no puede
reclamarme (1:4). Mi cuerpo físico “morirá” probablemente (a menos que suceda
un raro milagro de ser llevado al cielo en un torbellino, como Elías en la
Biblia, II Reyes,2), aunque el cuerpo nunca muere porque nunca vive, pero puesto
que yo no soy un cuerpo, no moriré y no tendré miedo de la muerte. “Se proveen
gustosamente todos los medios necesarios para su logro” (1:4). Cuando mi mente
sea corregida y mi meta sea la vida, todo lo que necesito para lograr mi meta
me lo proporciona el Espíritu Santo. “Cuando el presente ha sido liberado” de
toda culpa y de todo miedo, ese presente extenderá “su seguridad y paz hasta un
futuro tranquilo y lleno de júbilo” (1:5).
La
clave está en permitir que mi mente sea liberada de la culpa y del miedo en
este mismo instante. Puedo practicar esto en el instante santo. Puedo tomar un
instante y permitir que la paz y seguridad de las que habla esta lección
inunden mi mente. Puedo traerle al Espíritu Santo toda mi culpa, mi
sufrimiento, mi dolor, mi ira, y permitir que Él sane mi mente. Cuanto más a
menudo haga esto, la paz se extenderá hacia fuera a lo largo del día. Quizá el
testimonio más frecuente de las personas que han estado estudiando el Curso
durante un tiempo es: “Estoy mucho más en paz de lo que lo he estado en toda mi
vida”. Funciona. Y al crecer esa paz en el presente, al pasar cada vez más
momentos ahora en esa paz mental, el futuro está cada vez más lleno de gozo.
Que elija valerme del
presente para ser libre (2:1). ¿Cuántos de
mis momentos presentes paso sufriendo o llorando por el pasado, lamentando
cosas que he perdido? ¿Cuántos de mis momentos presentes paso teniendo miedo de
algo del futuro? Que elija valerme del presente de manera distinta. Cada
vez que sea consciente del presente, que elija usar ese momento para la paz y
para nada más. Hacer eso es escaparse
del infierno. Dejar el futuro en manos de Dios. Dejar atrás los errores del
pasado (2:2). Voy a poner mi vida en las manos de Dios “seguro de que Tú cumplirás las promesas que nos haces en el
presente, y de que bajo su santa luz dirigirás el futuro” (2:2).
¿Qué es el Juicio Final? (Parte 4)
L.pII.10.2:3-6
Cuando toda la creación,
cuando cada mente, haya aceptado por fin la nueva percepción del mundo como un
mundo sin pecado y sin propósito, llegará el final del mundo. Pienso que “al no tener causa” se refiere a ver el mundo sin
pecado pues, según el Curso, el pecado y su compañero la culpa han causado el
mundo. Entonces “al no tener función” significaría lo mismo que “sin propósito”
(2:2). Para el ego, el propósito del mundo es la destrucción o castigo. Una vez
que la causa y la función del mundo han sido eliminadas de todas las mentes, el
mundo “simplemente se disuelve en la nada” (2:3).
Como
dice el Manual para el Maestro: “El mundo acabará cuando su sistema de
pensamiento se haya invertido completamente” (M.14.4:1). Puedes leer esta
hermosa sección entera (¿CÓMO ACABARÁ
EL MUNDO?), (especialmente su conmovedor párrafo final). En la visión
del Curso, el fin del mundo no es un cataclismo, ni un gran triunfo de
ejércitos celestiales, sino una serena desaparición, simplemente la
desaparición de una ilusión cuya aparente necesidad ha terminado.
“Ahí (en
la nada) nació y ahí ha de terminar” (2:4). Dicho de otra manera, el mundo
nació de la nada, y no quedará nada cuando desaparezca. Únicamente los
pensamientos de amor que se han manifestado son reales y eternos. Todo lo demás
desaparece, incluso “las figuras del sueño”, es decir, nuestro cuerpo
“desaparecerá (2:5-6), pues ha desaparecido el pecado como su causa y la muerte
como su propósito.
Como
hemos leído a menudo antes, en las secciones “¿Qué es?” y en el Texto, el ego
inventó el cuerpo para sus propósitos. El Espíritu Santo nos invita a utilizar
el cuerpo para Sus propósitos mientras estamos en el sueño. Él nos lleva a
darnos cuenta de que “lo falso es falso y que lo que es verdad jamás ha
cambiado” (1:1), y una vez que todos nosotros hemos logrado ese propósito, el
cuerpo ya no tiene ningún propósito. Simplemente desaparece.
Una
última frase se añade: “pues el Hijo de Dios es ilimitado” (2:6). El cuerpo desaparece porque el Hijo de Dios es
ilimitado, y el cuerpo es un límite. Cuando nuestra mente haya regresado a
Cristo, completamente, ya no tendremos necesidad de ninguna limitación. Lo que
somos no tiene límites, y un cuerpo limitado no nos serviría de nada.
Éste es
el “final de todas las cosas”, tal como el Curso lo ve. Entonces, ¿cómo
deberíamos vivir ahora, todavía dentro del sueño, pero sabiendo que éste es su
final? Necesitamos aprender cómo considerarlo (el final) y estar dispuestos a
encaminarnos en esa dirección (M.14.4:5). Trabajamos con el Espíritu Santo, hoy
y todos los días, al aprender a contemplar el mundo sin condena, para verlo
completamente perdonado. Le permitimos que nos enseñe que no hay propósito en el mundo, y poco a poco conseguimos
abandonar nuestro apego al mundo. Nos abrimos cada vez más a la visión del Hijo
ilimitado de Dios, visión que va aumentando dentro de nosotros.
VIDEO Mich Gaymard:
https://www.youtube.com/watch?v=k-u-T0r08KY
No hay comentarios:
Publicar un comentario