LECCIONES 361-365
Te entrego este instante santo.
Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu
dirección me brindará paz.
1. Y si necesito una palabra de aliento, Él me la
dará. 2Si necesito un pensamiento, Él me lo dará también. 3Y
si lo que necesito es quietud y una mente
receptiva y serena, ésos serán los regalos que de Él recibiré. 4Él
está a cargo a petición mía. 5Y me oirá y contestará porque Él habla
en Nombre de Dios mi Padre y de Su santo Hijo.
Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
http://www.un-curso-de-milagros.com/milagros/LECCIONES-UCDM.pdf
LECCIÓN 365 - 31 DICIEMBRE
“Te entrego este instante
santo.
Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu
dirección me brindará paz”
Instrucciones
para la práctica
Ver las instrucciones para
la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o
en la Tarjeta de Práctica de este
libro.
LECCIONES FINALES
Propósito: Recibir el
regalo que Dios ha prometido a Su Hijo. Dedicar nuestra mente a seguir el
camino de la verdad y llevar allí a nuestros hermanos. Perdonar al mundo y
acelerar el final del sueño que Dios ha fijado.
Tiempo
de quietud por la mañana/ noche: Tanto tiempo como sea
necesario.
- Utiliza las palabras sólo al comienzo, y únicamente para recordarte a ti mismo que estás intentando ir más allá de ellas.
- Deja el resto de la lección al Espíritu Santo. Ponle a Él a cargo de todo. Cualquier cosa que necesites, sea un pensamiento, una palabra, o quietud y serenidad, Él te lo dará.
Recordatorios
cada hora: No hay instrucciones concretas.
Recordatorios
frecuentes: No hay instrucciones concretas.
Respuesta
a la tentación: No hay instrucciones concretas.
Comentario
¡La
última lección del año! Pero ciertamente no, espero, nuestro último instante
santo. Al acercarse el Nuevo Año, me encuentro pensando en esta lección como
“Te entrego este año santo”. ¡Ah, lo siento resonar dentro de mí, descubriendo
un sonido que se hace eco de un profundo y eterno anhelo!
Como
dije ayer, el Epílogo habla de que nuestro viaje continúa después del estudio
formal del Libro de Ejercicios, continuando con el Espíritu Santo como Guía a
través de lo que todavía puede ser un largo viaje. El segundo punto en el que
el Epílogo insiste mucho es que el final del viaje es seguro.
Tu llegada al hogar es tan segura como la trayectoria que ha sido
trazada para el sol antes de que despunte el alba, después del ocaso y en las
horas de luminosidad parcial que transcurren entremedias. De hecho, tu camino
es todavía más seguro. (Ep.2:1-2)
Podemos caminar con Él, tan seguros de nuestro destino como lo está
Él; tan seguros de cómo debemos proceder como lo está Él; tan seguros de la
meta y de que al final la alcanzaremos como lo está Él (4:6). Pienso que a
menudo mis sentimientos de “¿Cuánto tiempo más va a durar esto?” son realmente
el miedo suprimido de “¿Voy a llegar alguna vez al Hogar?” Convertimos la
duración del tiempo en un testigo de la idea de que nunca lo lograremos. Si realmente supiera que mi llegada al
hogar es tan segura como la trayectoria que ha sido trazada para el sol, y
todavía más segura, podría viajar “ligero de equipaje y sin contratiempos”
(T.13.VII.13:4) sin que me importara cuánto dure.
Pienso que la
actitud que el Curso nos anima a tener es:
1)
Aferrarnos y mantener esta seguridad de que la
llegada al Hogar es segura.
2)
Y al mismo tiempo despreocuparnos de cuánto
tiempo vaya a durar.
El Texto nos dice que cuánto tiempo es sólo una pregunta acerca del
tiempo, y el tiempo es sólo una ilusión. Nos pide que no estemos inquietos ni
preocupados, y señala que estar inquieto y preocupado en el viaje a la paz no
tiene ningún sentido.
El final es seguro, y los medios también. A esto decimos
"Amén". (Ep.5:1-2)
Yo
también digo “Amén”. “Sí, así sea, y así es”. ¿Por qué es tan seguro el final?
Porque tenemos al Espíritu Santo con nosotros. “Y Él hablará por Dios y por tu Ser, asegurándose así de que el infierno no te reclame, y de que cada decisión
que tomes te acerque aún más al Cielo” (5:4). Él es la garantía. Su Presencia
hace que el final sea seguro. Y Él está seguro porque sabe que el final depende
de nosotros, y no hay nada más seguro que el Hijo de Dios.
Nos dirigimos a nuestro hogar a través de una puerta que Dios
ha mantenido abierta para darnos la bienvenida. (Ep.5:7)
¡Ah,
qué escena más hermosa! A mi librito “El Viaje al Hogar” podría haberle llamado
por ese nombre “Al Hogar a través de una Puerta Abierta”.
Los ángeles de Dios revolotean a tu alrededor, muy cerca de ti. Su Amor te rodea, y de esto puedes estar seguro: yo nunca te
dejaré desamparado. (Ep.6:7-8)
¿Qué
más necesitamos? El Espíritu Santo está en nosotros. Los ángeles de Dios
revolotean a nuestro alrededor. El Amor de Dios nos rodea y Jesús nos promete
que Él nunca nos dejará sin consuelo ni nos abandonará.
¿Puedes
sentirlo ahora que el año llega a su fin? ¿Puedes cerrar los ojos un momento y
sentirles a tu alrededor? ¿Puedes darte cuenta de la santidad de este instante,
el nacimiento de Cristo en ti que se extiende al mundo para cambiarlo con Su
luz? Ellos están aquí, y Ellos están observando, y como Jesús dice a menudo en
el Curso: Ellos te dan las gracias por estar dispuesto a abrirte a la Luz.
Entonces, al acabar el año, démosles gracias a Ellos por darnos esta Luz a
nosotros.
VIDEO Mich Gaymard:
https://www.youtube.com/watch?v=geKMzDvW1R4
Y A PARTIR DE AHORA, ¿QUÉ?
¡Enhorabuena! Has terminado
todo el Libro de Ejercicios. Si eres nuevo en el Curso en este año, puede que
no te des cuenta de cuántos alumnos empiezan el Libro de Ejercicios y no lo
terminan, así que terminarlo es un gran logro. Realmente mereces la
enhorabuena.
Habiendo terminado una
vuelta al Libro de Ejercicios, hay dos preguntas que se te pueden ocurrir
ahora:
- ¿Debería repetir las lecciones del Libro de Ejercicios, o es suficiente con una vez?
- Si siento que he terminado con las lecciones, ¿qué debo hacer ahora para continuar mi trabajo con Un Curso de Milagros?
¿DEBERÍA
REPETIR EL LIBRO DE EJERCICIOS?
Creo que la respuesta a esta
pregunta depende de ti. Pero, de un modo general, puedo responderte. Esta
respuesta es mi opinión pero está basada en algunas observaciones objetivas
acerca del Libro de Ejercicios y el propósito de su entrenamiento, y un poco de
sentido común.
La porción de sentido común
es ésta: ¿Cómo decides si repetir o no algún
curso, de cualquier asignatura? Te preguntas a ti mismo: ¿He aprendido lo que
el curso se proponía enseñarme? Si lo has aprendido, no tienes necesidad de
repetir. Si no lo has aprendido, probablemente te beneficiarías repitiendo el
curso.
Cuando estaba en el instituto
estudié francés durante tres años. Los dos últimos años fueron con un profesor horrible. Cuando entré en la facultad,
hice un examen de aptitud en francés para responder a la pregunta: “¿Cuánto
francés aprendí en el instituto?” La respuesta fue: “Casi nada”. Me apunté a
francés 1, del nivel de la facultad y empecé todo de nuevo. No había razón para
avergonzarse de ello. No significaba que yo era torpe como alumno de francés.
De hecho, terminé especializándome en francés, pasé un año viviendo en Francia
y ¡me tomó por francés un alumno de francés en la universidad!
No tenemos un examen escrito
que pueda determinar si has aprendido lo que el Libro de Ejercicios se propone
que aprendas. No hay razón para avergonzarse de no haberlo aprendido. Para ser completamente
honesto, diría que no conozco ni a una sola persona que en un año haya
aprendido todo lo que se puede aprender del Libro de Ejercicios. Mi opinión
personal (y en las palabras del Curso no hay nada que lo apoye) es que todo el
mundo puede beneficiarse de hacer el Libro de Ejercicios dos, tres, cuatro o
incluso más veces.
Para contestar la pregunta:
“¿He aprendido lo que el Libro de Ejercicios se proponía enseñarme?” antes
necesitas saber la respuesta a esto: ¿Qué intenta enseñarnos el Libro de
Ejercicios? ¿Cuál es su objetivo principal? Si sabes la respuesta es bastante
fácil determinar si lo has aprendido o no, si en tu caso el propósito del Libro
de Ejercicios se ha logrado o no.
Si has estado leyendo estos
comentarios y “los Comentarios para la Práctica” de Robert, ya conoces las
respuestas. Mientras que el propósito
final de la práctica espiritual que nos da el Libro de Ejercicios es
entrenar nuestra mente a contemplar de manera diferente a todos y a todas las
cosas del mundo, pensar siempre con Dios, escuchar siempre la Voz de Dios y
perdonar a todo el mundo, el propósito
inmediato del Libro de Ejercicios es mucho más fácil de alcanzar y más
práctico.
Ese propósito inmediato es
entrenarnos en la práctica espiritual diaria, establecer en nuestra vida la costumbre de dedicar tiempo por la
mañana y por la noche a encontrarnos con Dios y a poner nuestra mente en la
verdad, la costumbre de dirigir cada
hora nuestra mente hacia dentro a Dios durante uno o dos minutos, la costumbre de pensar a menudo en Dios o
en los pensamientos espirituales entre esos recordatorios de cada hora, y la costumbre de responder a la tentación de
inmediato con algún pensamiento de Dios, una herramienta de nuestro repertorio
para solucionar problemas que hemos desarrollado durante el año de nuestra
práctica del Libro de Ejercicios.
Así que la respuesta a
“¿Debería repetir el Libro de Ejercicios?” es: Si has establecido esas costumbres de práctica espiritual diaria
hasta el punto de que continuarás diariamente sin el apoyo continuo del Libro
de Ejercicios, entonces no necesitas repetir el Libro de Ejercicios. Si quieres
puedes elegir repetirlo, pero no
necesitas hacerlo. Sin embargo, si no has
establecido esas costumbres de práctica espiritual diaria, entonces
deberías apuntarte de nuevo al programa que está planeado para ayudarte a
establecer esas costumbres: ¡el Libro de Ejercicios!
Probablemente puedes por ti
mismo responder fácilmente a la pregunta sobre lo firmemente que has
establecido esas costumbres de
práctica espiritual diaria. Si todavía hay muchas mañanas o noches en que no
haces los momentos de quietud, si pocas veces te acuerdas de la lección cada
hora, y todavía te acuerdas menos de ella entre horas, si tu ego salta a menudo
y dirige tu mente sin que tu mente recta le quite el mando, negándote a
escuchar al ego, entonces ciertamente puedes beneficiarte de hacer el Libro de
Ejercicios de nuevo.
Por otra parte, si has
establecido firmes costumbres de
práctica espiritual diaria, no costumbres perfectas necesariamente, pero
costumbres reales bastante firmes, entonces puedes estar listo para dejar a un
lado el Libro de Ejercicios. Al igual que cuando has estado usando “rueditas de
aprendizaje” para aprender a andar en bicicleta, la única manera de saber con
seguridad si estás listo es intentar andar sin “rueditas de aprendizaje”. La
primera vez que intenté continuar mi práctica espiritual sin el Libro de
Ejercicios, fracasé estrepitosamente, el equivalente a darse morradas
continuamente con la bicicleta. ¡Para entonces ya había leído el Libro de
Ejercicios seis veces! (Sin embargo, no había intentado seguir realmente las
instrucciones, así que no es de extrañar que no hubiese formado buenas
costumbres de practicar). ¡A las pocas semanas no hacía ninguna práctica espiritual!
Me di cuenta de que todavía no estaba preparado para dejar a un lado las
“rueditas de aprendizaje”, y continué haciendo las lecciones del Libro de
Ejercicios.
¿QUÉ
HAGO DESPUÉS DEL LIBRO DE EJERCICIOS?
El Manual para el Maestro
ofrece instrucciones muy claras para continuar nuestra práctica espiritual
diaria después de haber completado el Libro de Ejercicios, en la sección
titulada “¿Cómo Debe Pasar el Día el Maestro de Dios?” (M.16). Si piensas que
estás preparado para continuar sin el Libro de Ejercicios, ahí es donde tienes
que buscar tus instrucciones. Y si te preguntas si estás preparado o no, te
ayudará a tomar una decisión leer estas instrucciones y preguntarte a ti mismo:
“¿Estoy preparado para esto?”
La sección empieza hablando
de un maestro de Dios avanzado.
Básicamente dice que un maestro de Dios avanzado no necesita ninguna estructura
o programa, la pregunta de cómo debe pasar el día no tiene importancia, porque
el maestro de Dios avanzado vive en contacto directo con el Espíritu Santo, y
simplemente sigue Su dirección momento a momento.
Sin embargo, sigue diciendo
que el maestro de Dios corriente, por ejemplo alguien que acaba de completar el
Libro de Ejercicios (y completar el Libro de Ejercicios es un requisito
necesario para llevar el título de “maestro de Dios”), todavía necesita
estructura. No tanta estructura como alguien que está haciendo el Libro de
Ejercicios por primera vez, pero no tan poca como un maestro de Dios avanzado.
Algo intermedio. Esta persona todavía no está preparada para vivir sin ninguna
estructura, todavía se está entrenando, todavía está aprendiendo a escuchar al
Espíritu Santo en todo momento. El Manual sigue diciéndonos con detalle cómo
debería ser esa estructura.
Como hemos señalado en
nuestra Introducción a la Segunda Parte del Libro de Ejercicios y también en
las “Notas Preliminares sobre la Práctica del Libro de Ejercicios”, las
instrucciones que se dan aquí en el Manual se parece muchísimo al patrón de
práctica plenamente madurado que se establece hacia el final de la Primera
Parte del Libro de Ejercicios, y con el que se sigue durante toda la Segunda
Parte. Éstas son:
Éste es el esquema para la
práctica después del Libro de Ejercicios:
- Empieza bien el día, tan pronto como puedas después de despertarte. “Dedica un rato lo antes posible después de despertarte a estar en silencio, y continúa durante uno o dos minutos más después de que haya comenzado a resultarte difícil” (M.16.4:7). El objetivo de ese rato es “unirte a Dios”. Deberíamos dedicar tanto tiempo como sea necesario hasta que nos resulte difícil, la cantidad de tiempo que le dediquemos a ello no es lo más importante (4:4-8).
- Repite “el mismo procedimiento” por la noche, si es posible justo antes de acostarte (5:1).
- Recuerda a Dios durante todo el día (6:1-14).
- Acude al Espíritu Santo con todos tus problemas (7:4-5).
- Responde a toda tentación recordándote a ti mismo la verdad (8:1-3, 11:9).
Sería conveniente leer toda
la Sección 16 del Manual si estás pensando en la práctica después del Libro de
Ejercicios, y dedicar un tiempo a estudiar con detalle lo que dice. El esquema
que acabo de escribir aquí da sólo las ideas generales. Puede ser suficiente
para que decidas si te sientes preparado para llevar o no este programa a cabo.
¿Estás dispuesto a dedicar
tanto tiempo como sea necesario para unirte a Dios cada mañana y cada noche?
Puedes necesitar unos pocos minutos o una hora. ¿Te sientes seguro de saber qué
hacer en ese rato, sin la ayuda del Libro de Ejercicios a mano para que te dé algunas
instrucciones para esa práctica? ¿Te sientes suficientemente cómodo con las
instrucciones para la meditación del
Curso para emprenderla por tu cuenta?
¿Sientes que tienes la
costumbre de recordar a Dios durante el día, y podrás hacerlo sin tener el pensamiento
concreto de la lección del día para que te lo recuerde? (Puedes escoger algún
pensamiento del Texto o del Libro de Ejercicios, para usarlo como el
pensamiento de la lección).
¿Has empezado a acudir al
Espíritu Santo con todos tus problemas, por principio, como una costumbre?
¿Puedes por ti mismo
responder a la tentación con la verdad? ¿O todavía te es más útil tener una
lección del Libro de Ejercicios que te da alguna sugerencia para hacerlo?
Si tus respuestas a estas
preguntas son en su mayoría afirmativas, entonces estás preparado para dejar
atrás el Libro de Ejercicios. Si la mayoría de tus respuestas es “No”, entonces
sin ninguna duda te será beneficioso repetir el Libro de Ejercicios.
CONSEJOS
PARA LA PRÁCTICA DESPUÉS DEL LIBRO DE EJERCICIOS
Voy a ofrecerte algunos
consejos prácticos, si has decidido pasar a la práctica después del Libro de
Ejercicios. A mí me ha resultado útil hacer una lista de pensamientos del Curso
(no sólo del Libro de Ejercicios), pensamientos que me resultan efectivos para
responder a la tentación, o pensamientos que me han ayudado en la meditación
para ir más rápido al “centro de quietud”. Algunas personas han empezado a
escribir esos pensamientos o párrafos del Curso en un cuaderno. Puedes
clasificarlos, por ejemplo: frases útiles para trabajar el perdón, para cuando
tienes miedo, y así sucesivamente.
Si miras en el Texto, verás
varias frases que están en cursiva. Casi todos son diferentes formas de
prácticas espirituales que se sugieren. Dirán algo parecido a: Cada vez que te
sientas preocupado por algo, dite a ti mismo… y luego viene la parte en
cursiva. Puedes hacer una colección de estos trozos y luego pasar varios días
trabajando con cada uno de ellos.
Puedes estar estudiando el
Texto y algo que estás leyendo te impacta, viendo cómo se aplica a una
situación en tu vida. Toma ese trozo y conviértelo en tu propia práctica
espiritual personalizada. Utilízalo para que te conduzca a tus meditaciones,
utilízalo en los recordatorios de cada hora o como respuesta a la tentación.
Hablando de estudiar el
Texto, por supuesto, ¡estúdialo! No lo leas solamente, ¡estúdialo! Y no pienses
realmente que puedes estudiar cuidadosamente todo el Texto en menos de tres
años de lectura y estudio diarios. Yo una vez leí todo el Texto en dos meses, pero me ha costado los últimos
cuatro años estudiar cuidadosamente
cada capítulo.
Sólo porque día tras día no
estés haciendo las lecciones del Libro de Ejercicios, eso no quiere decir que
no puedes hacer una lección de vez en cuando. A veces una lección determinada
del Libro de Ejercicios te vendrá a la mente, sigue tu Voz Interior y haz la
lección. ¿Recuerdas alguna lección, que mientras estabas haciendo el Libro de
Ejercicios te pareció tan poderosa o efectiva que quizá quisiste pararte y
pasar una o dos semanas con alguna de ellas? Bueno, ¡ahora puedes hacerlo!
Puedes establecer tu propio programa. Ahora el asunto es mantener una costumbre
de práctica diaria firme, pero ahora tú junto con el Espíritu Santo estás
eligiendo tu propio programa de estudios.
Una de las técnicas con las
que practicamos en el Libro de Ejercicios es dejar que surjan pensamientos
relacionados. A menudo el pensamiento con el que elijas trabajar puede ser uno
de esos pensamientos relacionados, en lugar de las palabras del Libro de
Ejercicios.
Algunos días puede que no
tengas ninguna palabra concreta con la que practicar, puedes usar el día para
la práctica de buscar y hallar la paz de
Dios.
La idea básica para la
práctica después del Libro de Ejercicios es que puedes usar cualquiera de las
técnicas y prácticas que se dan en cualquier parte del Curso, y puedes
centrarte en aquello que sientes que necesitas más, o que te va mejor.
Y recuerda que se trata de
continuar con esas prácticas hasta que, como dice el Libro de Ejercicios, ya no
las necesites más. Tu vida será un continuo instante santo. Puede parecer
imposible, pero el Curso promete que Dios hará que sea posible para ti:
Con el tiempo y la práctica nunca más dejarás de pensar en Él o de oír
Su amorosa Voz guiando tus pasos por serenos rumbos por los que caminarás en un
estado de absoluta indefensión. Pues sabrás que el Cielo va contigo. No
permitirás que tu mente se aparte de Él un solo instante, aun cuando tu tiempo
transcurra ofreciéndole la salvación al mundo. ¿Dudas acaso de que Él no vaya a
hacer que esto sea posible para ti que has elegido llevar a cabo Su plan para
la salvación del mundo, así como para la tuya? (L.153.18:1-4)