LECCIÓN 27
Por encima de todo quiero ver.
1. La idea de hoy expresa algo más fuerte que una
simple resolución. 2Le da prioridad a la visión por encima de todos
tus demás deseos. 3Quizá te sientas indeciso con respecto a si usar
esta idea o no, debido a que no estás seguro de si eso es lo que realmente
quieres. 4Eso no importa. 5El propósito de los ejercicios de hoy es aproximar
un poco más el momento en que esta idea sea completamente verdadera para ti.
2. Puede que sientas una gran tentación de creer
que se te está pidiendo algún tipo de sacrificio cuando dices que por encima de
todo quieres ver. 2Si te sientes incómodo por la falta de reserva que
esta idea entraña, añade:
3La visión no
le cuesta nada a nadie.
4Si el temor a perder algo aún persiste, di
además:
4Tan
sólo puede
bendecir.
3. Necesitas repetir la idea de hoy muchas veces
para obtener el máximo beneficio. 2Se debe repetir por lo menos cada
media hora, e incluso más si es posible. 3Puedes intentarlo cada
quince o veinte minutos. 4Se recomienda que al despertarte o poco
después, establezcas un horario fijo según el cual vas a repetir la idea de
hoy, y que trates de adherirte a él durante todo el día. 5No te será
difícil hacerlo, aun si estás conversando u ocupado en otra cosa cuando llegue
el momento de repetirla. 6Siempre se puede repetir una frase corta
silenciosamente sin que ello interfiera en nada.
4. Lo que realmente importa es: ¿con qué
frecuencia te vas a acordar? 2¿Hasta qué punto quieres que esa idea
sea verdad? 3Si contestas una de estas preguntas habrás contestado
la otra. 4Probablemente te saltarás algunas prácticas, o tal vez
muchas. 5No dejes que eso te perturbe, pero sí trata de adherirte al horario
establecido de ahí en adelante. 6Si sientes que una sola vez durante
todo el día fuiste completamente sincero al repetir la idea de hoy, puedes
estar seguro de que con ello te habrás ahorrado muchos años de esfuerzo.
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Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
LECCIÓN 27
– 27 ENERO
“Por encima de
todo quiero ver”
Instrucciones para la
práctica
Propósito:
Acercar
un poco más el día en que quieras la visión más que ninguna otra cosa.
Ejercicio:
Por
lo menos cada media hora (se sugiere 3 o 4 veces por hora).
Simplemente repite la idea. Puedes hacer esto incluso en medio
de una conversación. No te preocupes si no lo sientes de todo corazón. Repítelo
para acercar un poco más el día en que lo sientas de verdad. Si repetirlo
provoca en ti miedo de que tengas que renunciar a algo, añade: “La visión no le cuesta nada a nadie”, y
si todavía sientes miedo, di: “Tan sólo
puede bendecir”.
Observaciones:
Ésta
es una lección muy importante, la segunda lección de prácticas frecuentes (la
primera fue la Lección 20). Esta frecuencia es muy importante. Al principio del
día se supone que tú establecerás los intervalos en los que la practicarás (por
ejemplo, cada 20 o cada 30 minutos). Si todavía no lo has hecho, sería bueno
que lo hicieras ahora. Luego, durante el resto del día, se te pide que te
esfuerces al máximo para mantener la frecuencia que has elegido. El Curso se da
cuenta de que probablemente no lo harás a la perfección. Cuando te olvides una
práctica, no te enfades contigo mismo. Esto te haría abandonar finalmente (y es
una treta del ego para lograrlo, ver L.95.7:3-5 y 10:1-2). Simplemente vuelve a
tu práctica como si no hubiese pasado nada. Lo importante es no lamentar los
fallos pasados en la práctica, sino hacer
la práctica en el presente y en el futuro. Los beneficios de esto pueden
ser enormes. Sólo una repetición sincera puede ahorrarte años en tu
progreso.
Comentario
Esta lección nos recuerda a
la Lección 20: “Estoy decidido a ver”, a la que se hace una sutil referencia en
la primera línea: “La idea de hoy expresa algo más fuerte que una simple
resolución”. Pone el deseo de ver en primer lugar, “por encima de todo”. Quiero ver más que lo que pueda querer
ninguna otra cosa. Si lo decimos de corazón, elegiremos el camino que lleva a
la visión todo el tiempo, no importa lo que puedan estar tentándonos otras
metas de menor importancia.
La lección reconoce que
puede que la idea no sea completamente verdad para nosotros todavía. Puesto
que el deseo determina la visión, si
fuera completamente verdad ya verías,
y por lo tanto ¡no necesitarías la lección! Así que trabajar con esta lección
no es hipócrita, es un ejercicio pensado para quienes todavía no aceptan la
idea completamente. Por supuesto, lo importante es lograr que la aceptemos,
está pensada para acercarnos al día en que la aceptemos.
La expresión “por encima de
todo” puede traernos la idea de sacrificio. “¡La visión a cualquier precio!” Por
eso, la lección sugiere que si nos sentimos incómodos acerca de comprometernos
completamente con la visión, deberíamos añadir este pensamiento: “La visión no
le cuesta nada a nadie” (2:3). Si eso no es suficiente, añade: “Tan sólo puede
bendecir” (2:5). Pon las tres líneas de la práctica de hoy juntas: “Por encima
de todo quiero ver. La visión no le cuesta nada a nadie. Tan sólo puede
bendecir”.
Estas líneas señalan a una
idea manifestada claramente en el Curso: este camino no cree en el sacrificio.
Dice que únicamente se nos pide que sacrifiquemos las ilusiones, y que en
realidad ésta es sólo una ilusión de sacrificio. “Nada real puede ser
amenazado” (T.In.2:2).
Con todo, la lección nos
lleva hacia esta decisión firme y sin dudas de alcanzar la verdadera visión. Necesitamos estar decididos a poner la
visión por encima de cualquier cosa que parezca competir con ella. A veces
puede parecer que se nos pide que
renunciemos a cosas, y puede que verdaderamente tengamos que renunciar a ellas;
pero cuando lo hagamos, nos daremos cuenta de que no hemos renunciado a nada que quisiéramos de verdad. El proceso
completo es perfectamente seguro, y no supone ninguna pérdida real de ningún
tipo.
En esta lección los
requisitos de la práctica son mucho mayores: repite la lección “al menos cada
media hora” (3:2). Nos dice al menos
cada media hora, “e incluso más si es posible”. Puedes intentarlo cada quince o
veinte minutos” (3:2-3). (Las cosas serán más fáciles de nuevo mañana). Se
recomienda una estructura muy concreta, con un horario fijado. Todo lo que se
nos pide hacer en cada periodo de práctica es repetirnos la frase: “Por encima
de todo quiero ver”. No es mucho. No hay ninguna razón para no hacerlo, incluso
en mitad de una conversación, si queremos, si estamos decididos.
Lo que
realmente importa es: ¿con qué frecuencia te vas a acordar? ¿Hasta qué punto
quieres que esa idea sea verdad? Si contestas una de estas preguntas, habrás
contestado la otra. (4:1-3).
La frecuencia en recordarlo
será la medida de cuánto queremos la visión de verdad. ¡Éste será un día
revelador!
Fíjate en cómo se nos indica
que tratemos el hecho de que probablemente nos olvidaremos y no nos acercaremos
al ideal de cada quince minutos. Dice mucho sobre cómo el Libro de Ejercicios
considera este asunto de la “práctica”. Básicamente dice: “No dejes que tu
‘fallo’ te perturbe, pero sí trata de adherirte al horario establecido
inmediatamente”. Todo lo que se necesita para ahorrar “muchos años de esfuerzo”
(4:6) es, sólo una vez durante el día, repetir la idea con perfecta sinceridad.
Para lograrlo una sola vez se precisa un montón de prácticas. Simplemente hazlo
lo mejor que puedas, pero que sea lo
mejor que puedas.
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AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-27-audios-mp3_rf_3905343_1.html
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