LECCIÓN 86
Éstas son las ideas para el repaso de hoy:
1. (71) Sólo el plan de Dios para la salvación tendrá éxito.
2Es inútil que ande buscando febrilmente la
salvación por todas partes. 3La he visto en muchas personas y en muchas
cosas, pero cada vez que traté de alcanzarla no estaba allí. 4Estaba equivocado
con respecto a dónde se encuentra. 5Estaba equivocado con respecto a
lo que es. 6Ya no emprenderé más búsquedas inútiles. 7Sólo
el plan de Dios para la salvación tendrá éxito. 8Y me regocijaré porque Su plan jamás puede
fallar.
2. Estas
son algunas de las variaciones que se sugieren para las aplicaciones más
concretas de la idea:
3Esto no es una excepción al plan de Dios para la salvación.
4Quiero percibir esto únicamente a la luz del plan de Dios para la salvación.
3. (72) Abrigar resentimientos es un ataque contra el plan
de Dios para la salvación.
2Abrigar resentimientos es un intento de probar
que el plan de Dios para la salvación fracasará. 3Sin embargo,
sólo Su plan puede tener éxito. 4Al abrigar resentimientos, por lo tanto, estoy
excluyendo de mi conciencia mi única esperanza de salvación. 5Mas
no quiero seguir yendo en contra de mis propios intereses de esta manera tan
descabellada. 6Quiero aceptar el plan de Dios para la
salvación y ser feliz.
4. Las
aplicaciones concretas de esta idea pueden hacerse utilizando las siguientes
variaciones:
3Si veo motivos en esto para abrigar resentimientos, no veré motivos que justifiquen mi salvación.
4Esto es un llamamiento a la salvación, no al ataque.
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Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
http://www.un-curso-de-milagros.com/milagros/LECCIONES-UCDM.pdf
LECCIÓN
86 - 27
MARZO
(71) “Sólo el plan de Dios para la salvación tendrá éxito”
(72) “Abrigar resentimientos es un ataque contra el plan de Dios para la
salvación”
Instrucciones para
la práctica
Ver
las instrucciones del Segundo Repaso.
Comentario
Me parece muy interesante
cómo las lecciones parecen alternar entre ver resentimientos y dónde buscamos
la salvación. Estoy empezando a entender la idea, pienso: Cuando mi ego quiere
impedirme encontrar la salvación de Dios dentro de mi Ser, me distrae con algún
tipo de resentimiento fuera de mí. Al ver la causa de mis problemas fuera,
naturalmente busco la solución fuera. Busco la salvación fuera de mí mismo.
El problema no es nunca lo
de fuera. “Los que consideras culpables se convierten en los testigos de tu
culpabilidad, y es en ti donde la verás, pues estará ahí hasta que sea des-hecha. La culpabilidad se encuentra
siempre en tu mente, la cual se ha condenado a sí misma. No sigas proyectando
culpabilidad, pues mientras lo hagas no podrá ser deshecha” (T.13.IX.6:6-8). Lo
que estamos viendo ahí fuera, el objeto de nuestros resentimientos, es
únicamente la proyección de la condena a uno mismo. Podemos cambiar el nombre
del pecado para proteger a los culpables (nosotros mismos), pero es nuestro
pecado lo que estamos viendo ahí fuera en el mundo. Por esa razón ver
resentimientos fuera nos impide
encontrar la salvación dentro.
Como dice el repaso, hemos
buscado la salvación en muchos lugares y cosas diferentes, y nunca estaba donde
buscamos (1:3). No la podemos encontrar ahí fuera porque no está ahí fuera en
ningún sitio. No hay esperanza de salvación en el mundo, y eso son buenas noticias. Son buenas noticias
porque ya no tenemos que depender de nadie ni de nada fuera de nosotros para
que haga su papel adecuado, ni que llegue en el momento oportuno para
satisfacer nuestras necesidades, ni que haga nada. Podemos abandonar la
expectativa de que alguien nos salve, y podemos volvernos a lo único en lo que
podemos confiar absolutamente: nosotros mismos, nuestro Ser. Podemos liberar a
todos del aprisionamiento en el que los hemos tenido durante toda nuestra vida.
Podemos decirle al mundo: “No eres responsable de mí. Ya no te hago responsable
de mi infelicidad. Me he dado cuenta de que es tarea mía, no la tuya”.
Recuerdo lo raro que me
sentí, pero también lo feliz, de decirle a mi querida amiga Lynne, hace años:
“Me he dado cuenta de que no te necesito”. Siendo más sabia que yo en aquel
momento, ella se quedó encantada. Yo tenía miedo de que ella se sintiera
ofendida, ¡qué cosa tan “poco romántica” decirle a tu pareja: “No te necesito”!
Aunque ella entendió exactamente lo que yo quería decir. Yo le estaba diciendo
que ya no esperaba que ella me hiciera feliz, ya no cargaba con la insoportable
carga de mi felicidad. Pensar que nuestra pareja es responsable de nuestra
felicidad es exactamente lo que convierte a las relaciones especiales en un
infierno, porque cuando yo no soy feliz, tengo un resentimiento, como en un
sindicato de trabajadores: “¡Eh! Tú no estás cumpliendo tu parte del trato. Se
supone que tienes que hacerme feliz”. Y el resentimiento contra nuestra pareja
nos aleja de la salvación en nuestro corazón.
Siempre me ha gustado la
última línea de la lección de hoy: “Esto es un llamamiento a la salvación, no
al ataque” (4:4). Me recuerda a una vieja frase de la serie televisiva de
Superman (la de George Reeves, ¡aquí estoy demostrando mi edad!). Clark Kent
mira a un crimen o desastre que está ocurriendo y dice: “Esto es trabajo de
Superman”. En lugar de mirar a los acontecimientos de nuestra vida y pensar:
“Esto es trabajo del ego. ¡Ataquemos!. Hagamos y guardemos un resentimiento”,
podemos mirar a la situación y decir: “¡Esto es trabajo de Dios! Perdonemos.
Respondamos con amor a la petición de amor”. Cuando surja una necesidad a mi
alrededor, ¿qué poder voy a invocar: a Dios o al ego?
La elección es “entre la
percepción falsa y la salvación” (4:2). La única alternativa a la salvación es
algo irreal, una ilusión, una percepción falsa. El único modo en que puedo
impedirme ser feliz es percibir falsamente a mi hermano; si le veo de verdad,
siempre encontraré la salvación. “Al abrigar resentimientos, por lo tanto,
estoy excluyendo de mi conciencia mi única esperanza de salvación” (3:4). ¡Qué
cosa más tonta! ¡Voy a dejar de hacerlo!
“Quiero aceptar el plan de
Dios para la salvación y ser feliz” (3:6).
AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
VIDEO Mich Gaymard
y
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