LECCIÓN 100
Mi papel en el plan de salvación de Dios es
esencial.
1. Del
mismo modo en que el Hijo de Dios completa a su Padre, así también tu papel en
el plan de tu Padre completa dicho plan. 2La salvación tiene que
invertir la descabellada creencia en pensamientos y cuerpos separados, que
viven vidas separadas y recorren caminos separados. 3Cuando mentes
separadas comparten una sola función, se unen en un solo propósito, pues cada
una de ellas es igualmente esencial para todas las demás.
2. La
Voluntad de Dios para ti es perfecta felicidad. 2¿Por qué habrías de
querer ir en contra de Su Voluntad? 3El papel que Él ha reservado
para ti en el desarrollo de Su plan se te da para que puedas ser restituido a
lo que Él dispone. 4Este papel es tan esencial para Su plan como
para tu felicidad. 5Tu dicha tiene que ser total para que aquellos a
los que Él te envía puedan entender
Su plan. 6Ellos
verán su función en tu radiante faz, y en tu risa feliz oirán a
Dios llamándoles.
3. Eres
ciertamente esencial en el plan de Dios. 2Sin tu dicha, la Suya no
es total. 3Sin tu sonrisa, el mundo no se puede salvar. 4Mientras
la tristeza se abata sobre ti, la luz que el Propio Dios designó como el medio
para salvar al mundo se atenúa y pierde su fulgor, y nadie ríe porque toda risa
no es sino el eco de la tuya.
4. Eres
ciertamente esencial en el plan de Dios. 2Del mismo modo en que tu
luz aumenta el fulgor de todas las luces que brillan en el Cielo, así también
tu dicha en la tierra exhorta a todas las mentes a abandonar sus pesares y a
ocupar su puesto junto a ti en el plan de Dios. 3Los mensajeros de
Dios rebosan de dicha, y su júbilo sana todo pesar y desesperación. 4Ellos
son la prueba de que lo que la Voluntad de Dios dispone para todos los que aceptan
los regalos de su Padre como propios es perfecta felicidad.
5. Hoy no
permitiremos que la tristeza se abata sobre nosotros. 2Pues en tal
caso, no estaríamos asumiendo el papel que tan esencial es para el plan de
Dios y para nuestra visión. 3La tristeza es señal de que prefieres
desempeñar otro papel en lugar del que Dios te ha encomendado. 4Y
así, no le muestras al mundo cuán grande es la felicidad que Él dispone para
ti, y, por consiguiente, no reconoces que ya dispones de ella.
6. Hoy
trataremos de comprender que la dicha es nuestra función aquí. 2Si te
dejas abatir por la tristeza, no sólo no estarás cumpliendo tu función, sino
que estarás privándote a ti mismo de dicha y al mundo también. 3Dios
te pide que seas feliz para que el mundo pueda ver cuánto ama Él a Su Hijo y
que Su Voluntad es que ningún pesar menoscabe su dicha ni que ningún miedo lo
acose y perturbe su paz. 4Tú eres hoy el mensajero de Dios. 5Brindas
Su felicidad a todo aquel que contemplas y Su paz a todo aquel que al
contemplarte ve Su mensaje en tu feliz semblante.
7. Hoy nos
prepararemos para esto durante las sesiones de práctica de cinco minutos,
dejando que la felicidad brote en nosotros tal como dispone la Voluntad de
nuestro Padre y la nuestra. 2Comienza los ejercicios con el
pensamiento que la idea de hoy presenta. 3Luego comprende que tu
papel es ser feliz. 4Esto es lo único que se te pide a ti o a cualquiera
que desee ocupar el lugar que le corresponde entre los mensajeros de Dios. 5Piensa
en lo que esto significa. 6Estabas ciertamente equivocado al creer que
se te estaba exigiendo algún sacrificio. 7De acuerdo con el plan de
Dios tan solo puedes recibir, sin jamás perder nada, hacer sacrificio alguno o
morir.
8. Tratemos
ahora de encontrar esa dicha que nos demuestra a nosotros, así como a todo el
mundo, lo que la Voluntad de Dios dispone para nosotros. 2Tu función
es encontrarla aquí, y encontrarla ahora. 3Para eso viniste. 4¡Ojalá
que hoy sea el día en que lo logres! 5Busca en lo profundo de tu
ser, sin dejarte desanimar por los pensamientos pueriles y metas absurdas que
pasas de largo a medida que asciendes para encontrarte con el Cristo en ti.
9. Él estará allí. 2Y tú puedes llegar a Él ahora. 3¿Qué
otra cosa preferirías contemplar en lugar de Aquel que aguarda para que tú lo
contemples? 4¿Qué pensamiento pueril podría detenerte? 5¿Qué
meta absurda podría impedirte triunfar cuando es Dios Mismo Quien te llama?
10. Él estará
allí. 2Eres esencial en Su plan. 3Hoy eres Su
mensajero. 4Y tienes que encontrar lo que Él quiere que des. 5No
te olvides de la idea de hoy entre las sesiones de práctica de cada hora. 6Es
tu Ser Quien te llama hoy. 7Y es a Él a Quien respondes cada vez que te dices a ti
mismo que eres esencial en el plan de Dios para la salvación del mundo.
--------------------------------Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
http://www.un-curso-de-milagros.com/milagros/LECCIONES-UCDM.pdf
LECCIÓN 100 - 10 ABRIL
“Mi
papel en el plan de salvación de Dios es esencial”
Instrucciones para
la práctica
Propósito: Experimentar
la felicidad que es la Voluntad de Dios para ti, comprender que contagiar tu
felicidad a otros es el modo en que llevas a cabo tu parte en el plan global de
la salvación.
Ejercicios
más largos: Cada hora, a la hora en punto, durante cinco minutos (si no puedes
hacer esto, al menos haz el alternativo).
- Repite la idea. “Luego comprende que tu papel es ser feliz” (7:3), y no hacer nobles sacrificios, únicamente ser feliz.
- El resto es una meditación en la que intentas encontrar la alegría que Dios puso en ti. Busca muy dentro de ti. Sumérgete hacia abajo y adentro para encontrar el Cristo en ti, la fuente de tu alegría. Mientras te sumerges, deja de lado “los pensamientos pueriles y metas absurdas” (8:5). No dejes que te retrasen. Incluso puedes preguntarte a ti mismo: “¿Qué pensamiento pueril tiene poder para detenerme?” O puedes simplemente recordar que tu única intención es llegar a ese inagotable pozo de alegría en el centro de tu ser, tu única intención es llegar al Cristo en ti. Búscale con confianza, “Él estará allí. Y tú puedes llegar a Él ahora” (9:1-2). Durante todo el ejercicio continúa buscando dentro de ti ese pozo de alegría sin fin.
Recordatorios
frecuentes: Entre las sesiones de práctica de cada hora.
Repite la idea, recordando que al hacerlo estás contestando a la
llamada de tu Ser. Como siempre, recomiendo repetirlo de este modo ahora, para
que puedas sentir los beneficios que te ofrece.
Comentario
Dios no tiene “un plan para
mi vida”. Él tiene Su plan, y yo soy una parte de ese plan. No hay miles de
millones de planes separados para miles de millones de individuos separados.
Sólo existe la Voluntad única de Dios, y cada uno de nosotros tiene una parte
esencial en ella. Parte de lo que la salvación está deshaciendo es “la
descabellada creencia en pensamientos y cuerpos separados, que viven vidas
separadas y recorren caminos separados” (1:2). Cada uno de nosotros tiene el
mismo propósito, la misma función, y en eso estamos unidos.
Parte de la sanación de mi
propia mente es el reconocimiento de que la otra persona ciertamente
comparte el mismo propósito conmigo, y
en su realidad quiere lo mismo que yo. Si miro a su ego, veo intereses
separados, y eso puede ser todo lo que él o ella ve. Pero cuando abandono mi
interpretación y permito que el Espíritu Santo lo interprete por mí, veo que el
miedo de la otra persona, que se manifiesta como ataque, en realidad es una
petición de amor y es un testigo de la creencia en el amor dentro de su mente.
El resultado de esto es que veo que la otra persona no necesita cambiar para
ser uno conmigo, ¡ya es uno conmigo! Tengo un aliado secreto en su mente. Tengo
su propio consentimiento conmigo en una meta común.
La parte que Dios “ha
reservado para mí” (2:1) en Su plan está planeado para devolverme la felicidad,
porque Su Voluntad para mí es felicidad. Hay algo en nosotros (¡el ego, por
supuesto!) que me dice que está mal querer perfecta felicidad. Pero si la
Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad, entonces ¡pensar que no me la
merezco es oponerse a la Voluntad de Dios!
Para que la Voluntad de Dios
sea completa, mi alegría debe ser completa, pues ¡Su Voluntad es perfecta
alegría para todos! Si cada uno con quien me encuentro ve una cara radiante de
alegría, oirá la llamada de Dios en mi risa feliz (2:6).
Soy esencial para el plan de
Dios, mi alegría es esencial para Su plan (3:1). Así pues, que hoy elija la
alegría de Dios en lugar del dolor. “Sin tu sonrisa, el mundo no se puede
salvar… toda risa no es sino el eco de la tuya” (3:3-4).
Así que mi tarea hoy, y
todos los días, es ser feliz. No puedo ser feliz si ataco, o juzgo, o culpo, o
condeno. Tal como el Curso enseña, no puedo ser feliz a menos que acepte, a
menos que perdone, no prestando atención a las ilusiones del ego, para ver la
feliz verdad en cada uno: quieren amor al igual que yo.
Enseñamos a través de
nuestra felicidad. Pedimos a todas las mentes que abandonen sus sufrimientos
con nuestra “dicha en la tierra” (4:2). Está claro que esto es acerca de la
alegría que se ve, visible en tu cara a través de la sonrisa y de la risa
feliz. “Los mensajeros de Dios rebosan de dicha, y su júbilo sana todo pesar y
desesperación” (4:3).
Una buena afirmación para el
día podría ser: “Mi alegría cura”.
La parte que todos tenemos
en el plan de Dios es demostrar, a través de nuestra alegría, que Dios quiere
perfecta felicidad para todos los que quieren aceptarla como Su regalo.
La tristeza es una elección,
una decisión de “desempeñar otro papel en lugar del que Dios te ha dado” (5:3).
La tristeza es el loco deseo del ego de ser independiente de cualquier poder
excepto del suyo. Cuando me opongo a mi felicidad dejo de mostrar el mundo que
Dios quiere para todos nosotros, y de este modo no puedo reconocer la felicidad
que ya es mía, siempre mía.
“Hoy trataremos de
comprender que la dicha es nuestra función aquí” (6:1). Nada tiene que cambiar
para que esto sea posible. Puedo ser perfectamente feliz ahora mismo, porque la
felicidad no depende de nada fuera de mi mente. Disgustarse con algo o alguien
no lo cambia; únicamente la felicidad cura. Únicamente la felicidad trae un
cambio duradero.
A veces pensamos
equivocadamente que nuestra felicidad permite de algún modo el error y el
pecado de otros. Si alguien está siendo cruel y yo continúo siendo feliz,
parece que apruebo la crueldad. Sin embargo, disgustarse por la crueldad no la
sana, la hace real. Es mucho más gozoso y mucho más sanador, ver en la crueldad
un miedo infundado que oculta una petición de ayuda; eso muestra que dentro de
esa persona existe un vivo deseo que comparte conmigo, un ardiente deseo de
Dios, un vehemente deseo de Su regalo de felicidad. Mi felicidad ante la
crueldad enseña que no hay motivos para la crueldad. No ataca el síntoma de la
crueldad, deshace la causa de la crueldad. Ser feliz no es salir perdiendo, ni
sacrificar, ni morir (7:7). Es vivir eternamente.
Son nuestros pensamientos
pueriles y metas absurdas los que nos impiden ser felices (9:3-5). Nuestra
mente ha elegido hacer algo más importante que ser feliz, y lo que eso
significa en términos metafísicos profundos es que hemos inventado algo más
importante que Cristo o que Dios. Si buscamos, Él está en nosotros. “Él estará allí”,
(este pensamiento se repite dos veces
9:1; 10:1). El Cristo está en mí, esperando que yo lo reconozca como mi
Ser. Ésa es la única fuente de verdadera de felicidad, y todos Le tenemos ya.
Mi tarea hoy es ser Su
mensajero, y “encontrar lo que Él quiere que des” (10:4). Encontrar la
felicidad en mí mismo y dar mi felicidad a otros: ésa es la razón por la que
estoy aquí, ésa es la razón por la que este día existe para mí. Soy esencial en
el plan de Dios para la salvación del mundo. Sin mi sonrisa, el mundo no se
puede salvar (3:3).
AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-100-audios-mp3_rf_3923026_1.html
VIDEO Mich Gaymard:
http://www.michelgaymard.com/site/leccion-100-libro-de-ejercicios-de-un-curso-de-milagros/
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