Lección 172 - (repaso 153 y 154)

Lecciones UN CURSO DE MILAGROS





LECCIÓN 172

Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

1. (153) En mi indefensión radica mi seguridad.
2Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

2. (154) Me cuento entre los ministros de Dios.
2Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.


(QUINTO REPASO)  Introducción


1. Ahora iniciamos otro repaso. 2Esta vez estamos listos para poner más de nuestra parte y dedicar más tiempo a nuestro empeño: 3Reconocemos que nos estamos preparando para un nuevo nivel de entendimiento. 4Queremos dar este paso resuelta­mente, para poder seguir adelante con mayor certeza, mayor sin­ceridad y mayor fe. 5Nuestros pasos han sido inciertos, y las dudas nos han hecho andar con lentitud e inseguridad por el camino que este curso señala. 6Pero ahora vamos a ir más de prisa, pues nos estamos acercando a una mayor certeza, a un propósito más firme y a una meta más segura.
2. Padre nuestro, afianza nuestros pasos. 2Aplaca nuestras dudas, aquieta nuestras santas mentes, y háblanos. 3No tenemos nada que decirte, 4pues sólo deseamos escuchar Tu Palabra y hacerla nuestra. 5Guía nuestras prácticas tal como un padre guía a su hijo pequeño por un camino que éste desconoce, 6pero que aun así, el hijo lo sigue, seguro de que está a salvo porque su padre le muestra el camino.
3. De este modo es como llevamos nuestras prácticas hasta Ti. 2Si trope­zamos, Tú nos levantarás. 3Si se nos olvida el camino, sabemos que Tú siempre lo recordarás. 4Y si nos extraviamos, Tú no te olvidarás de llamarnos. 5Aligera nuestros pasos ahora de modo que podamos caminar con mayor certeza y mayor rapidez hasta Ti. 6Y aceptamos la Palabra que Tú nos ofreces para unificar nuestras prácticas, a medida que repasamos los pensamientos que Tú nos has dado.
4. He aquí -al final de este párrafo- el pensamiento que debe preceder a los pensamientos que vamos a repasar. 2Cada uno de éstos clarifica algún aspecto de dicho pensamiento o contribuye a hacerlo más significativo, más personal y verdadero, así como más descriptivo del santo Ser que compartimos y que ahora nos preparamos para conocer de nuevo:

3Dios es sólo Amor, y, por ende, eso es lo que soy yo.

4Sólo este Ser conoce el amor. 5Sólo sus pensamientos son perfec­tamente congruentes; sólo ese Ser conoce a Su Creador, se com­prende a Sí Mismo y goza de un conocimiento y amor perfectos, así como de un estado de unión constante con Su Padre y Con­sigo Mismo.
5. Y Eso es lo que nos espera al final de la jornada. 2Cada paso que damos nos acerca un poco más. 3Este repaso acortará el tiempo de manera inconmensurable si tenemos presente que Eso es nuestra meta y que a medida que lo ponemos en práctica es a Eso a lo que nos acercamos. 4Levantemos de las cenizas nuestros corazones y dirijámoslos hacia la vida, recordando que Eso es lo que se nos promete, y que este curso nos fue enviado para allanar el sendero de la luz y enseñarnos, paso a paso, cómo regresar al eterno Ser que creíamos haber perdido.
6. Yo te acompaño en esta jornada. 2Pues por el momento com­parto tus dudas y tus miedos, de manera que puedas recurrir a mí que conozco el camino por el que se supera toda duda y temor. 3Caminamos juntos. 4Es preciso que yo entienda lo que es la incertidumbre y el dolor, aun cuando sé que no tienen ningún significado. 5Sin embargo, un salvador debe permanecer con aquellos a quienes enseña, viendo lo que ellos ven, pero conser­vando en su mente el camino que lo condujo a su propia libera­ción, y que ahora te conducirá a ti a la tuya junto con él. 6Al Hijo de Dios se le sigue crucificando hasta que camines por esta senda conmigo.
7. Mi resurrección se repite cada vez que conduzco a un hermano sin contratiempo alguno allí donde la jornada termina para ya no recordarse más. 2Me siento renovado cada vez que un hermano aprende que hay un camino que nos libera a todos de la aflicción y del dolor. 3Y renazco cada vez que un hermano se vuelve hacia la luz que mora en él y me busca. 4No me he olvidado de nadie. 5Ayúdame ahora a conducirte de regreso allí donde la jornada empezó para que puedas llevar a cabo otra elección conmigo.
8. Libérame mientras practicas una vez más los pensamientos que te he traído de Aquel que ve tu extrema necesidad, y que conoce la respuesta que Dios le ha dado. 2Juntos repasaremos estos pen­samientos. 3Juntos les dedicaremos nuestro tiempo y esfuerzos. 4Y juntos se los enseñaremos a nuestros hermanos. 5Dios no permiti­ría que en el Cielo faltase nada. 6Éste te está esperando, al igual que yo. 7Sin ti yo estoy incompleto. 8Conforme me complete regresaremos juntos a nuestro hogar ancestral, el cual se preparó para nosotros desde antes de que el tiempo comenzara, y se ha mantenido a salvo de los azotes de éste, así como inmaculado y seguro, tal como será cuando al tiempo le llegue su fin.
9. Permite, entonces, que este repaso sea el regalo que me haces a mí. 2Pues esto es lo único que necesito: que oigas mis palabras y que se las ofrezcas al mundo. 3Tú eres mi voz, mis ojos, mis pies y mis manos, con los cuales llevo la salvación al mundo. 4El Ser desde el que te llamo no es sino tu propio Ser. 5A Él nos dirigimos juntos. 6Toma a tu hermano de la mano, pues no es éste un camino que recorramos solos. 7En él yo camino contigo y tú conmigo. 8La Voluntad del Padre es que Su Hijo sea uno con Él. 9¿Cómo no iba a ser, entonces, todo lo que vive uno contigo?
10. Permite que este repaso sea un intervalo en el que comparti­mos una experiencia que es nueva para ti, aunque tan antigua como el tiempo e incluso aún más antigua. 2Santificado sea tu nombre 3e inmaculada tu gloria para siempre. 4Tu plenitud ahora es total, tal como Dios lo dispuso. 5Tú eres Su Hijo, y completas Su extensión con la tuya. 6No practicamos sino una antigua ver­dad, que sabíamos desde antes de que la ilusión pareciese apode­rarse del mundo. 7Y le recordamos al mundo que está libre de toda ilusión cada vez que decimos:

8Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

11. Con esto damos comienzo a cada día de nuestro repaso. 2Con esto empezamos y con esto concluimos cada período de práctica. 3Y con ese pensamiento nos vamos a dormir para despertar con esas mismas palabras de nuevo en nuestros labios, y darle así la bienvenida al nuevo día. 4Todo pensamiento que repasemos lo envolvemos con ése; y utilizaremos dichos pensamientos para mantenerlo firme en la mente y claro en nuestra memoria a lo largo del día. 5Y así, cuando hayamos terminado este repaso, habremos reconocido que las palabras que decimos son verdad.
12. Las palabras, sin embargo, no son sino recursos auxiliares y, excepto por el uso que hacemos de ellas al principio y al final de cada período de práctica, se usarán sólo para recordarle a la mente su propósito, según lo dicte la necesidad. 2Ponemos nues­tra fe en la experiencia que se deriva de las prácticas, no en los medios que utilizamos. 3Esperamos la experiencia, y reconocemos que sólo en ella radica la convicción. 4Usamos las palabras y trata­mos una y otra vez de ir más allá de ellas hasta llegar a su significado, el cual está mucho más allá de su sonido. 5Este se hace cada vez más tenue hasta que finalmente desaparece, a medida que nos acercamos a la Fuente del significado. 6Y Ahí es donde hallamos reposo.

--------------------------------

Ayuda para las lecciones:
de  Robert Perry  y Allen Watson



LECCIÓN 172   

“Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo”
(153) “En mi indefensión radica mi seguridad”
(154) “Me cuento entre los ministros de Dios”

Instrucciones para la práctica

Ver las instrucciones para la práctica en el Quinto Repaso
QUINTO  REPASO.   INSTRUCCIONES PARA LA PRÁCTICA

Propósito: Prepararnos para la Segunda Parte del Libro de Ejercicios. Dedicar más tiempo y esfuerzo a practicar, para que puedas acelerar el paso en tu viaje a Dios. Reconocer la verdad de la idea central (Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo”). Hacer de este repaso un regalo a Jesús, y un tiempo en el que compartes con Él una experiencia nueva y sin embargo antigua.

La oración: Usa la oración de los párrafos 2 y 3 para dedicar el repaso a Dios. Le pides a Dios que dirija tus prácticas y que te llame de vuelta cuando te retrasas en tus prácticas, para que puedas progresar más rápido por el camino que te lleva a Él.

El pensamiento central: El centro del repaso es esta idea  (Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo”). El propósito de este repaso es llevarnos a un lugar donde entendemos y experimentamos esta idea de verdad. Y el propósito de las ideas que se repasan es apoyar la idea central, sacar diferentes aspectos de ella, y hacerla “más significativa, más personal y verdadera” (L.rV.In.4:2). Por lo tanto, haz que esta idea domine cada uno de estos diez días del repaso. Empieza y termina el día con ella, empieza y termina cada periodo de práctica, y envuelve con ella cada repetición de las ideas del repaso.

Tiempo de quietud por la mañana/ noche: Por lo menos cinco minutos; lo ideal es treinta minutos o más.
Pasa un rato repitiendo el pensamiento central (Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo”). Y las dos ideas del repaso. Envuelve cada idea del repaso con el pensamiento central. Usa las ideas del repaso para que iluminen algún aspecto del pensamiento central y hazlo más significativo para ti.
Luego entra en lo que llamamos “meditación de la mente abierta”. Mantén tu mente quieta y silenciosa, sin palabras. Las palabras son como señales indicadoras: señalan al significado; pero ahora estás buscando la experiencia directa del significado, y para esto las palabras se interponen. En este vacío de palabras, simplemente espera con “silenciosa expectación” (L.94.4:1) la experiencia de lo que nos hablan las palabras, la experiencia de nuestro verdadero Ser. Toda tu atención está esperando en “tranquila expectación” (L.157.4:3). Tu mente está en reposo, sin embargo también preparada. Toda tu consciencia está esperando que surja la comprensión y se extienda. Concéntrate en esto sin palabras. Sin embargo, cuando tu mente se distraiga, lo que sucederá de vez en cuando, repite el pensamiento central para recordarte a ti mismo lo que estás esperando: la experiencia de tu propio Ser; y luego vuelve a tu espera sin palabras.
Termina repitiendo el pensamiento central una vez más.

Recordatorios cada hora: Uno o dos minutos, a la hora en punto (más corto si las circunstancias no lo permiten).
   Sugerencia: Repite las dos ideas del repaso, rodeando cada una de ellas con el pensamiento central. Luego dale gracias a Dios por Sus regalos en la hora anterior, y pídele Su dirección para la hora que comienza. Termina con el pensamiento central.


Comentario

Párrafo 4 de la Introducción al Quinto Repaso:

“He aquí el pensamiento… ” (4:1). Las palabras se refieren a (“Dios es sólo Amor y, por tanto, eso es lo que soy yo”) la frase 3 del párrafo, el pensamiento central del repaso. Durante el repaso, tenemos que pensar en este pensamiento lo primero de todo, cada día, cada mañana y cada noche, y muy a menudo durante el día. Cada pensamiento añadido de las lecciones anteriores “clarifica algún aspecto de dicho pensamiento o contribuye a hacerlo más significativo, más personal y verdadero, así como más descriptivo del santo Ser que compartimos y que ahora nos preparamos para conocer de nuevo” (4.2). En nuestro repaso, sería bueno pensar cómo está relacionado este pensamiento central con las otras dos ideas. El centro de atención es el pensamiento central, las ideas a repasar se supone que lo aclaran o extienden.

Fíjate en las palabras “nos preparamos” que aparecen de nuevo en la frase 2. El “nuevo nivel de entendimiento” (1.3) para el que nos estamos preparando tiene que ver con acercarnos de nuevo a conocer nuestro verdadero Ser. La primera mitad del Libro de Ejercicios se ha concentrado en deshacer nuestro viejo sistema de pensamiento, la segunda mitad no lleva a reclamar el conocimiento del Ser que pensamos que habíamos perdido.

El santo Ser que somos es sencillamente una extensión de Dios. Él es Amor, y nosotros también. Nosotros somos lo que Él es, extendido. Nos estamos preparando para recordar Eso, más que recordar, saber. Esa palabra sola implica mundos. Puedo escribir las palabras, puedo estar de acuerdo con ellas, pero ¿conozco lo que estoy diciendo? Conocer que soy una extensión del Amor de Dios cambiará todo en mi vida, desterrará el miedo, y me dará una sensación de propósito santo con el que nada de lo que haya sentido antes se puede comparar.

¿Cómo es este Ser, que soy yo? “Sólo sus pensamientos son perfec­tamente congruentes; sólo ese Ser conoce a Su Creador, se com­prende a Sí Mismo y goza de un conocimiento y amor perfectos, así como de un estado de unión constante con Su Padre y Con­sigo Mismo” (4:5). Ésta es una descripción de mí y de ti tal como Dios nos creó. Para “conocer de nuevo” Eso nos está preparando este repaso.

¿No se merece esta meta “poner más de nuestra parte y dedicar más tiempo”? (1.2). Intenta imaginarte como será (no “sería”, sino “será”) ser perfectamente constante en todos tus pensamientos. Intenta sentir cómo será conocer a Dios y a ti mismo perfectamente. Intenta imaginarte viviendo en un estado constante de unión con el Padre, y con tu Ser, sin cambios o alteraciones en ese estado de unión.

Las dos ideas del repaso de hoy nos ayudan a ver el camino de nuestra meta, negativamente y positivamente. Si yo soy Amor, ¿cómo puedo estar a la defensiva? Para ser lo que en verdad soy, debo abandonar mis defensas. Y si soy Amor, ¿qué puedo ser sino un ministro de Dios? ¿Cuál puede ser mi propósito aquí sino extender Su Amor, extender la mano y tocar a todos mis hermanos con el toque de Cristo?


AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-172-audios-mp3_rf_3995591_1.html


No hay comentarios:

Publicar un comentario