Lección 173 - (repaso 155 y 156)

Lecciones UN CURSO DE MILAGROS



 
LECCIÓN 173

Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

1. (155) Me haré a un lado y dejaré que Él me muestre el camino.
2Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
2. (156) Camino con Dios en perfecta santidad.
2Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

(QUINTO REPASO)  Introducción

1. Ahora iniciamos otro repaso. 2Esta vez estamos listos para poner más de nuestra parte y dedicar más tiempo a nuestro empeño: 3Reconocemos que nos estamos preparando para un nuevo nivel de entendimiento. 4Queremos dar este paso resuelta­mente, para poder seguir adelante con mayor certeza, mayor sin­ceridad y mayor fe. 5Nuestros pasos han sido inciertos, y las dudas nos han hecho andar con lentitud e inseguridad por el camino que este curso señala. 6Pero ahora vamos a ir más de prisa, pues nos estamos acercando a una mayor certeza, a un propósito más firme y a una meta más segura.
2. Padre nuestro, afianza nuestros pasos. 2Aplaca nuestras dudas, aquieta nuestras santas mentes, y háblanos. 3No tenemos nada que decirte, 4pues sólo deseamos escuchar Tu Palabra y hacerla nuestra. 5Guía nuestras prácticas tal como un padre guía a su hijo pequeño por un camino que éste desconoce, 6pero que aun así, el hijo lo sigue, seguro de que está a salvo porque su padre le muestra el camino.
3. De este modo es como llevamos nuestras prácticas hasta Ti. 2Si trope­zamos, Tú nos levantarás. 3Si se nos olvida el camino, sabemos que Tú siempre lo recordarás. 4Y si nos extraviamos, Tú no te olvidarás de llamarnos. 5Aligera nuestros pasos ahora de modo que podamos caminar con mayor certeza y mayor rapidez hasta Ti. 6Y aceptamos la Palabra que Tú nos ofreces para unificar nuestras prácticas, a medida que repasamos los pensamientos que Tú nos has dado.
4. He aquí -al final de este párrafo- el pensamiento que debe preceder a los pensamientos que vamos a repasar. 2Cada uno de éstos clarifica algún aspecto de dicho pensamiento o contribuye a hacerlo más significativo, más personal y verdadero, así como más descriptivo del santo Ser que compartimos y que ahora nos preparamos para conocer de nuevo:

3Dios es sólo Amor, y, por ende, eso es lo que soy yo.

4Sólo este Ser conoce el amor. 5Sólo sus pensamientos son perfec­tamente congruentes; sólo ese Ser conoce a Su Creador, se com­prende a Sí Mismo y goza de un conocimiento y amor perfectos, así como de un estado de unión constante con Su Padre y Con­sigo Mismo.
5. Y Eso es lo que nos espera al final de la jornada. 2Cada paso que damos nos acerca un poco más. 3Este repaso acortará el tiempo de manera inconmensurable si tenemos presente que Eso es nuestra meta y que a medida que lo ponemos en práctica es a Eso a lo que nos acercamos. 4Levantemos de las cenizas nuestros corazones y dirijámoslos hacia la vida, recordando que Eso es lo que se nos promete, y que este curso nos fue enviado para allanar el sendero de la luz y enseñarnos, paso a paso, cómo regresar al eterno Ser que creíamos haber perdido.
6. Yo te acompaño en esta jornada. 2Pues por el momento com­parto tus dudas y tus miedos, de manera que puedas recurrir a mí que conozco el camino por el que se supera toda duda y temor. 3Caminamos juntos. 4Es preciso que yo entienda lo que es la incertidumbre y el dolor, aun cuando sé que no tienen ningún significado. 5Sin embargo, un salvador debe permanecer con aquellos a quienes enseña, viendo lo que ellos ven, pero conser­vando en su mente el camino que lo condujo a su propia libera­ción, y que ahora te conducirá a ti a la tuya junto con él. 6Al Hijo de Dios se le sigue crucificando hasta que camines por esta senda conmigo.
7. Mi resurrección se repite cada vez que conduzco a un hermano sin contratiempo alguno allí donde la jornada termina para ya no recordarse más. 2Me siento renovado cada vez que un hermano aprende que hay un camino que nos libera a todos de la aflicción y del dolor. 3Y renazco cada vez que un hermano se vuelve hacia la luz que mora en él y me busca. 4No me he olvidado de nadie. 5Ayúdame ahora a conducirte de regreso allí donde la jornada empezó para que puedas llevar a cabo otra elección conmigo.
8. Libérame mientras practicas una vez más los pensamientos que te he traído de Aquel que ve tu extrema necesidad, y que conoce la respuesta que Dios le ha dado. 2Juntos repasaremos estos pen­samientos. 3Juntos les dedicaremos nuestro tiempo y esfuerzos. 4Y juntos se los enseñaremos a nuestros hermanos. 5Dios no permiti­ría que en el Cielo faltase nada. 6Éste te está esperando, al igual que yo. 7Sin ti yo estoy incompleto. 8Conforme me complete regresaremos juntos a nuestro hogar ancestral, el cual se preparó para nosotros desde antes de que el tiempo comenzara, y se ha mantenido a salvo de los azotes de éste, así como inmaculado y seguro, tal como será cuando al tiempo le llegue su fin.
9. Permite, entonces, que este repaso sea el regalo que me haces a mí. 2Pues esto es lo único que necesito: que oigas mis palabras y que se las ofrezcas al mundo. 3Tú eres mi voz, mis ojos, mis pies y mis manos, con los cuales llevo la salvación al mundo. 4El Ser desde el que te llamo no es sino tu propio Ser. 5A Él nos dirigimos juntos. 6Toma a tu hermano de la mano, pues no es éste un camino que recorramos solos. 7En él yo camino contigo y tú conmigo. 8La Voluntad del Padre es que Su Hijo sea uno con Él. 9¿Cómo no iba a ser, entonces, todo lo que vive uno contigo?
10. Permite que este repaso sea un intervalo en el que comparti­mos una experiencia que es nueva para ti, aunque tan antigua como el tiempo e incluso aún más antigua. 2Santificado sea tu nombre 3e inmaculada tu gloria para siempre. 4Tu plenitud ahora es total, tal como Dios lo dispuso. 5Tú eres Su Hijo, y completas Su extensión con la tuya. 6No practicamos sino una antigua ver­dad, que sabíamos desde antes de que la ilusión pareciese apode­rarse del mundo. 7Y le recordamos al mundo que está libre de toda ilusión cada vez que decimos:

8Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

11. Con esto damos comienzo a cada día de nuestro repaso. 2Con esto empezamos y con esto concluimos cada período de práctica. 3Y con ese pensamiento nos vamos a dormir para despertar con esas mismas palabras de nuevo en nuestros labios, y darle así la bienvenida al nuevo día. 4Todo pensamiento que repasemos lo envolvemos con ése; y utilizaremos dichos pensamientos para mantenerlo firme en la mente y claro en nuestra memoria a lo largo del día. 5Y así, cuando hayamos terminado este repaso, habremos reconocido que las palabras que decimos son verdad.
12. Las palabras, sin embargo, no son sino recursos auxiliares y, excepto por el uso que hacemos de ellas al principio y al final de cada período de práctica, se usarán sólo para recordarle a la mente su propósito, según lo dicte la necesidad. 2Ponemos nues­tra fe en la experiencia que se deriva de las prácticas, no en los medios que utilizamos. 3Esperamos la experiencia, y reconocemos que sólo en ella radica la convicción. 4Usamos las palabras y trata­mos una y otra vez de ir más allá de ellas hasta llegar a su significado, el cual está mucho más allá de su sonido. 5Este se hace cada vez más tenue hasta que finalmente desaparece, a medida que nos acercamos a la Fuente del significado. 6Y Ahí es donde hallamos reposo.

--------------------------------

Ayuda para las lecciones:
de  Robert Perry  y Allen Watson



LECCIÓN 173  

“Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo”
(155) “Me haré a un lado y dejaré que Él me muestre el camino”
(156) “Camino con Dios en perfecta santidad”

Instrucciones para la práctica

Ver las instrucciones para la práctica en el Quinto Repaso

QUINTO  REPASO.   INSTRUCCIONES PARA LA PRÁCTICA

Propósito: Prepararnos para la Segunda Parte del Libro de Ejercicios. Dedicar más tiempo y esfuerzo a practicar, para que puedas acelerar el paso en tu viaje a Dios. Reconocer la verdad de la idea central (Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo”). Hacer de este repaso un regalo a Jesús, y un tiempo en el que compartes con Él una experiencia nueva y sin embargo antigua.

La oración: Usa la oración de los párrafos 2 y 3 para dedicar el repaso a Dios. Le pides a Dios que dirija tus prácticas y que te llame de vuelta cuando te retrasas en tus prácticas, para que puedas progresar más rápido por el camino que te lleva a Él.

El pensamiento central: El centro del repaso es esta idea  (Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo”). El propósito de este repaso es llevarnos a un lugar donde entendemos y experimentamos esta idea de verdad. Y el propósito de las ideas que se repasan es apoyar la idea central, sacar diferentes aspectos de ella, y hacerla “más significativa, más personal y verdadera” (L.rV.In.4:2). Por lo tanto, haz que esta idea domine cada uno de estos diez días del repaso. Empieza y termina el día con ella, empieza y termina cada periodo de práctica, y envuelve con ella cada repetición de las ideas del repaso.

Tiempo de quietud por la mañana/ noche: Por lo menos cinco minutos; lo ideal es treinta minutos o más.
Pasa un rato repitiendo el pensamiento central (Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo”). Y las dos ideas del repaso. Envuelve cada idea del repaso con el pensamiento central. Usa las ideas del repaso para que iluminen algún aspecto del pensamiento central y hazlo más significativo para ti.
Luego entra en lo que llamamos “meditación de la mente abierta”. Mantén tu mente quieta y silenciosa, sin palabras. Las palabras son como señales indicadoras: señalan al significado; pero ahora estás buscando la experiencia directa del significado, y para esto las palabras se interponen. En este vacío de palabras, simplemente espera con “silenciosa expectación” (L.94.4:1) la experiencia de lo que nos hablan las palabras, la experiencia de nuestro verdadero Ser. Toda tu atención está esperando en “tranquila expectación” (L.157.4:3). Tu mente está en reposo, sin embargo también preparada. Toda tu consciencia está esperando que surja la comprensión y se extienda. Concéntrate en esto sin palabras. Sin embargo, cuando tu mente se distraiga, lo que sucederá de vez en cuando, repite el pensamiento central para recordarte a ti mismo lo que estás esperando: la experiencia de tu propio Ser; y luego vuelve a tu espera sin palabras.
Termina repitiendo el pensamiento central una vez más.

Recordatorios cada hora: Uno o dos minutos, a la hora en punto (más corto si las circunstancias no lo permiten).
   Sugerencia: Repite las dos ideas del repaso, rodeando cada una de ellas con el pensamiento central. Luego dale gracias a Dios por Sus regalos en la hora anterior, y pídele Su dirección para la hora que comienza. Termina con el pensamiento central.


Comentario

Párrafo 5  de la Introducción al Quinto Repaso:

El Ser que es sólo Amor, perfectamente constante en Sus pensamientos, es “lo que nos espera al final de la jornada” (5:1).A menudo necesito recordarme a mí mismo qué “estoy buscando” en este camino espiritual. A veces parece un viaje tan largo: “serán muchas las ocasiones…a lo largo de un tiempo que no parece tener fin” (T.24.VI.7:2). Recordar la meta, lo primero en la mente, para mí es una necesidad. “Eso”, con una “E” mayúscula, “Eso es lo que se nos promete” (5:4). Estoy en el viaje de encontrar mi Ser, y al final del viaje, se me ha prometido, lo encontraré. Un Ser en unión constante con Dios. Un Ser en perfecta paz dentro de Sí Mismo. Eso merece la pena “buscarlo”.

El viaje parece largo, pero cada paso me acerca un poco más, “a medida que lo ponemos en práctica es a Eso a lo que nos acercamos” (5:2). Cada vez que me paro un minuto para recordar me acerca un poco más. Cada vez que abro mi corazón con amor a un hermano, me acerca un poco más. Cada vez que hago la práctica de la mañana o de la noche, sentado en silencio, escuchando, me acerca un poco más. El camino que ofrece el Curso no es llamativo. A veces no es muy emocionante. Pero funciona. Para mí está tan claro que debe hacerse este trabajo de algún modo, los retorcidos pensamientos de mi ego tienen que ser deshechos y sustituidos por otra cosa. Los muchísimos disfraces del miedo deben ser descubiertos y reemplazados con amor. A veces deseo que sucediese de la noche a la mañana. A veces me pregunto por qué parece necesitar tanto tiempo y avanzar tan lentamente. Y luego me doy cuenta de mis propios pensamientos, apartándome, retrasándome, y me doy cuenta de la causa. De vez en cuando incluso Le doy las gracias a Dios por no obligarme a nada en contra de mi voluntad, porque cuando por fin termine mi viaje, no habrá ni la más pequeña duda de que es mi voluntad, así como la Suya. Y vuelvo al trabajo seguro que el Curso presenta, sabiendo que (para mí al menos) éste es el único camino que he encontrado que funciona.

“Este repaso (hecho como se pide que se haga, por supuesto) acortará el tiempo de manera inconmensurable” (5:3). Por eso me entran las prisas, aquí está el medio de acortar el tiempo que es necesario. Se me han dado los medios, en bandeja de plata, se me ponen delante de los ojos día tras día. ¿Quiero utilizarlos? ¿Quiero usar los medios para acortar el tiempo? A menudo digo que quiero que el viaje avance más rápido. Sin embargo, si se me han dado los medios para acortar el tiempo y no los utilizo, ¿qué dice eso de mi deseo? Mi constancia en la práctica es la medida de mi verdadero deseo.

Si practico con la meta en mi mente, si recuerdo por qué lo estoy haciendo, el beneficio será máximo. Sin embargo, si hago la práctica a duras penas, como si fuera un deber que se me ha impuesto, una tares aburrida, mi beneficio será menor.

Que hoy “levantemos de las cenizas nuestros corazones y dirijámoslos hacia la vida, recordando que Eso es lo que se nos promete” (5:4).Que levante mis ojos y recuerde la gloriosa meta, mi Ser a Quien nada Le falta y que espera a que yo recuerde. Que mi ansia interna, que nunca me deja, se salga con la suya y me lleve hacia adelante.

Las dos ideas del repaso de hoy encajan muy bien con el párrafo de la Introducción a este repaso. “Me haré a un lado y dejaré que Él me muestre el camino” siguiendo Su dirección gustosamente. Y me siento animado en mi viaje sabiendo que mientras lo hago, “Camino con Dios en perfecta santidad”.

Este curso nos fue enviado para allanar el sendero de la luz y enseñarnos, paso a paso, cómo regresar al eterno Ser que creíamos haber perdido. (5:5)

Gracias, Padre, por este Curso. Gracias por sus instrucciones que me guían paso a paso. Gracias por este tiempo de repaso, por los momentos que puedo pasar Contigo, en la quietud, en silencio, escuchando, esperando, sabiendo que cada minuto me acerca más a mi meta, cada minuto ahorra un tiempo inmenso. Gracias por abrir el camino de la luz.

AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-173-audios-mp3_rf_3995597_1.html


No hay comentarios:

Publicar un comentario