LECCIÓN 174
Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
1.
(157) En Su Presencia he de estar ahora.
2Dios es sólo Amor y, por ende,
eso es lo que soy yo.
2.
(158) Hoy aprendo a dar tal como recibo.
2Dios es sólo Amor y, por ende,
eso es lo que soy yo.
(QUINTO REPASO) Introducción
1. Ahora
iniciamos otro repaso. 2Esta vez estamos listos para poner más de
nuestra parte y dedicar más tiempo a nuestro empeño: 3Reconocemos
que nos estamos preparando para un nuevo nivel de entendimiento. 4Queremos
dar este paso resueltamente, para poder seguir adelante con mayor certeza,
mayor sinceridad y mayor fe. 5Nuestros pasos han sido inciertos, y
las dudas nos han hecho andar con lentitud e inseguridad por el camino que este
curso señala. 6Pero ahora vamos a ir más de prisa, pues nos estamos
acercando a una mayor certeza, a un propósito más firme y a una meta más
segura.
2. Padre nuestro, afianza nuestros pasos. 2Aplaca nuestras dudas,
aquieta nuestras santas mentes, y háblanos. 3No tenemos nada que
decirte, 4pues sólo deseamos escuchar Tu Palabra y hacerla nuestra. 5Guía
nuestras prácticas tal como un padre guía a su hijo pequeño por un camino que
éste desconoce, 6pero que aun así, el hijo lo sigue, seguro de que
está a salvo porque su padre le muestra el camino.
3. De este modo es como
llevamos nuestras prácticas hasta Ti. 2Si tropezamos, Tú nos levantarás.
3Si se nos
olvida el camino, sabemos que Tú siempre lo recordarás. 4Y si nos extraviamos, Tú no te olvidarás de
llamarnos. 5Aligera nuestros pasos ahora de modo que podamos caminar
con mayor certeza y mayor rapidez hasta Ti. 6Y aceptamos la Palabra que Tú
nos ofreces para unificar nuestras prácticas, a medida que repasamos los
pensamientos que Tú nos has dado.
4. He aquí
-al final de este párrafo- el pensamiento que debe preceder a los pensamientos
que vamos a repasar. 2Cada uno de éstos clarifica algún aspecto de
dicho pensamiento o contribuye a hacerlo más significativo, más personal y
verdadero, así como más descriptivo del santo Ser que compartimos y que ahora
nos preparamos para conocer de nuevo:
4Sólo
este Ser conoce el amor. 5Sólo sus pensamientos son perfectamente
congruentes; sólo ese Ser conoce a Su Creador, se comprende a Sí Mismo y goza
de un conocimiento y amor perfectos, así como de un estado de unión constante
con Su Padre y Consigo Mismo.
5. Y Eso es lo
que nos espera al final de la jornada. 2Cada paso que damos nos
acerca un poco más. 3Este repaso acortará el tiempo de manera
inconmensurable si tenemos presente que Eso es nuestra meta y que a medida que
lo ponemos en práctica es a Eso a lo que nos acercamos. 4Levantemos
de las cenizas nuestros corazones y dirijámoslos hacia la vida, recordando que
Eso es lo que se nos promete, y que este curso nos fue enviado para allanar el
sendero de la luz y enseñarnos, paso a paso, cómo regresar al eterno Ser que
creíamos haber perdido.
6.
Yo te acompaño en esta jornada. 2Pues
por el momento comparto tus dudas y tus miedos, de manera que puedas recurrir
a mí que conozco el camino por el que se supera toda duda y temor. 3Caminamos
juntos. 4Es preciso que yo entienda lo que es la incertidumbre y el
dolor, aun cuando sé que no tienen ningún significado. 5Sin embargo,
un salvador debe permanecer con aquellos a quienes enseña, viendo lo que ellos
ven, pero conservando en su mente el camino que lo condujo a su propia liberación,
y que ahora te conducirá a ti a la tuya junto con él. 6Al Hijo de
Dios se le sigue crucificando hasta que camines por esta senda conmigo.
7. Mi
resurrección se repite cada vez que conduzco a un hermano sin contratiempo alguno
allí donde la jornada termina para ya no recordarse más. 2Me siento
renovado cada vez que un hermano aprende que hay un camino que nos libera a
todos de la aflicción y del dolor. 3Y renazco cada vez que un
hermano se vuelve hacia la luz que mora en él y me busca. 4No me he
olvidado de nadie. 5Ayúdame ahora a conducirte de regreso allí donde
la jornada empezó para que puedas llevar a cabo otra elección conmigo.
8. Libérame
mientras practicas una vez más los pensamientos que te he traído de Aquel que ve
tu extrema necesidad, y que conoce la respuesta que Dios le ha dado. 2Juntos
repasaremos estos pensamientos. 3Juntos les dedicaremos nuestro
tiempo y esfuerzos. 4Y juntos se los enseñaremos a nuestros
hermanos. 5Dios no permitiría que en el Cielo faltase nada. 6Éste
te está esperando, al igual que yo. 7Sin ti yo estoy incompleto. 8Conforme
me complete regresaremos juntos a nuestro hogar ancestral, el cual se preparó
para nosotros desde antes de que el tiempo comenzara, y se ha mantenido a salvo
de los azotes de éste, así como inmaculado y seguro, tal como será cuando al
tiempo le llegue su fin.
9. Permite, entonces, que este repaso sea el regalo
que me haces a mí. 2Pues esto es lo único que necesito: que oigas
mis palabras y que se las ofrezcas al mundo. 3Tú eres mi voz, mis
ojos, mis pies y mis manos, con los cuales llevo la salvación al mundo. 4El
Ser desde el que te llamo no es sino tu propio Ser. 5A Él nos
dirigimos juntos. 6Toma a tu hermano de la mano, pues no es éste un
camino que recorramos solos. 7En él yo camino contigo y tú conmigo. 8La
Voluntad del Padre es que Su Hijo sea uno con Él. 9¿Cómo no iba a
ser, entonces, todo lo que vive uno contigo?
10. Permite que
este repaso sea un intervalo en el que compartimos una experiencia que es
nueva para ti, aunque tan antigua como el tiempo e incluso aún más antigua. 2Santificado
sea tu nombre 3e inmaculada tu gloria para siempre. 4Tu
plenitud ahora es total, tal como Dios lo dispuso. 5Tú eres Su Hijo,
y completas Su extensión con la tuya. 6No practicamos sino una
antigua verdad, que sabíamos desde antes de que la ilusión pareciese apoderarse
del mundo. 7Y le recordamos al mundo que está libre de toda ilusión
cada vez que decimos:
11. Con esto damos
comienzo a cada día de nuestro repaso. 2Con esto empezamos y con
esto concluimos cada período de práctica. 3Y con ese pensamiento
nos vamos a dormir para despertar con esas mismas palabras de nuevo en nuestros
labios, y darle así la bienvenida al nuevo día. 4Todo pensamiento
que repasemos lo envolvemos con ése; y utilizaremos dichos pensamientos para
mantenerlo firme en la mente y claro en nuestra memoria a lo largo del día. 5Y así, cuando hayamos terminado este repaso, habremos
reconocido que las palabras que decimos son verdad.
12. Las palabras,
sin embargo, no son sino recursos auxiliares y, excepto por el uso que hacemos
de ellas al principio y al final de cada período de práctica, se usarán sólo
para recordarle a la mente su propósito, según lo dicte la necesidad. 2Ponemos
nuestra fe en la experiencia que se deriva de las prácticas, no en los medios
que utilizamos. 3Esperamos la experiencia, y reconocemos que sólo en
ella radica la convicción. 4Usamos las
palabras y tratamos una y otra
vez de ir más allá de ellas hasta llegar a su significado, el cual está mucho
más allá de su sonido. 5Este se hace cada vez más tenue hasta que
finalmente desaparece, a medida que nos acercamos a la Fuente del
significado. 6Y Ahí es donde hallamos reposo.
--------------------------------
Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
LECCIÓN 174
“Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy
yo”
(157) “En Su Presencia he de estar ahora”
(158) “Hoy aprendo a dar tal como recibo”
Instrucciones para la práctica
Ver las
instrucciones para la práctica en el Quinto Repaso
QUINTO REPASO.
INSTRUCCIONES PARA LA PRÁCTICA
Propósito: Prepararnos para la Segunda Parte
del Libro de Ejercicios. Dedicar más tiempo y esfuerzo a practicar, para que
puedas acelerar el paso en tu viaje a Dios. Reconocer la verdad de la idea
central (“Dios es sólo
Amor y, por ende, eso es lo que soy yo”). Hacer de este repaso un regalo a
Jesús, y un tiempo en el que compartes con Él una experiencia nueva y sin
embargo antigua.
La oración: Usa la oración de los párrafos 2
y 3 para dedicar el repaso a Dios. Le pides a Dios que dirija tus prácticas y
que te llame de vuelta cuando te retrasas en tus prácticas, para que puedas
progresar más rápido por el camino que te lleva a Él.
El pensamiento
central: El
centro del repaso es esta idea (“Dios es sólo Amor y, por ende,
eso es lo que soy yo”). El propósito de este repaso es llevarnos a un lugar
donde entendemos y experimentamos esta idea de verdad. Y el propósito de las
ideas que se repasan es apoyar la idea central, sacar diferentes aspectos de
ella, y hacerla “más significativa, más personal y verdadera” (L.rV.In.4:2).
Por lo tanto, haz que esta idea domine cada uno de estos diez días del repaso.
Empieza y termina el día con ella, empieza y termina cada periodo de práctica,
y envuelve con ella cada repetición de las ideas del repaso.
Tiempo de quietud por la mañana/ noche: Por lo menos cinco minutos; lo ideal es treinta minutos o más.
Pasa un
rato repitiendo el pensamiento central (“Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo”). Y las dos
ideas del repaso. Envuelve cada idea del repaso con el pensamiento central. Usa las ideas del repaso para que iluminen algún aspecto del pensamiento central y hazlo más significativo para ti.
Luego
entra en lo que llamamos “meditación de la mente abierta”. Mantén tu mente
quieta y silenciosa, sin palabras. Las palabras son como señales indicadoras:
señalan al significado; pero ahora estás buscando la experiencia directa del
significado, y para esto las palabras se interponen. En este vacío de palabras,
simplemente espera con “silenciosa expectación” (L.94.4:1) la experiencia de lo
que nos hablan las palabras, la experiencia de nuestro verdadero Ser. Toda tu
atención está esperando en “tranquila expectación” (L.157.4:3). Tu mente está
en reposo, sin embargo también preparada. Toda tu consciencia está esperando
que surja la comprensión y se extienda. Concéntrate en esto sin palabras. Sin
embargo, cuando tu mente se distraiga, lo que sucederá de vez en cuando, repite
el pensamiento central para recordarte a ti mismo lo que estás esperando: la
experiencia de tu propio Ser; y luego vuelve a tu espera sin palabras.
Termina
repitiendo el pensamiento central una vez más.
Recordatorios cada hora: Uno o dos minutos, a la hora en punto (más corto si las circunstancias
no lo permiten).
Sugerencia: Repite las dos ideas del
repaso, rodeando cada una de ellas con el pensamiento central. Luego dale
gracias a Dios por Sus regalos en la hora anterior, y pídele Su dirección para
la hora que comienza. Termina con el pensamiento central.
Comentario
Párrafo 6 de la Introducción al Quinto Repaso:
En este
párrafo, Jesús habla en la primera persona: “Yo te acompaño en esta jornada”
(6:1). Un aspecto del Curso que parece recibir menos atención que muchas otras
es la presencia personal del autor en nuestras vidas. Sin duda, muchos de
nosotros,, sintiendo que nos hemos “escapado” de lo que nos parecía un fondo
cristiano lleno de prohibiciones, que daba mucha importancia a “un salvador
personal” y la adoración de Jesús como el único Hijo de Dios, nos sentimos incómodos
con la idea de tener a Jesús a nuestro lado al hacer este viaje. Se parece
demasiado a lo que dejamos atrás.
En la
Clarificación de Términos en el Manual para el Maestro, se nos recuerda que “se
han hecho amargos ídolos de aquel que sólo quiere ser un hermano para el mundo”
(C.5.5:7). Una relación que puede necesitar sanación es nuestra relación con
él, podemos traer muchas “ideas sombrías” del pasado que deforman la imagen que
tenemos de él. Aquí en el Manual, se nos pide: “Perdónale tus fantasías, y
comprende lo mucho que amarías a un hermano así” (C.5.5:8). Sin embargo, el
Curso trata este asunto con dulzura, como hace con todos estos asuntos. “Es
posible leer sus palabras y beneficiarse de ellas sin aceptarle en tu vida. Mas
él te ayudaría todavía más si compartieses con él tus penas y alegrías”
(C.5.6:6-7). Así que, si esta idea de tener una relación con él te produce
inquietud o incluso desagro, quédate en paz, es normal.
Jesús
se ofrece a compartir tus dudas y tus miedos para hacerse más cercano a
nosotros. Sabemos que él entiende por lo que estamos pasando porque él también
lo ha pasado antes. Aunque él ha llegado a un lugar donde la duda, la
inseguridad y el dolor no significan nada, él lo entiende cuando las sentimos.
No tenemos que sentir que nos estamos acercando a una figura lejana, elevada y
poderosa, que con un gesto de su mano quiere acallar nuestra inseguridad por
ser poco importante. Él ve lo que nosotros vemos. Él es consciente de todas las
ilusiones que nos causan terror, y la realidad que parecen tener para nosotros.
Pero él tiene en su mente “el camino que lo condujo a su propia liberación, y
que ahora te conducirá a ti a la tuya junto con él” (6:5). Él es como un
hermano mayor que ha terminado el viaje, pero que ahora ha regresado para
llevarnos al hogar con él. Él sabe que el Hijo de Dios no está completo hasta
que hayamos caminado el mismo camino que él. Él está con nosotros ahora,
mostrándonos el camino.
En mis
momentos de quietud hoy, que yo sea consciente de su presencia. Cuando entro en
la Presencia de Dios, que yo sea consciente de uno que está a mi lado, quizá
sujetando mi mano si me siento temeroso. Que yo esté deseoso de llevarle mi
inseguridad y dolor a él, para que yo pueda vencerlos. Tal como recibo la
gracia de él permitiéndome dejar a un lado mis miedos y dudas, que yo aprenda a
dar tal como recibo. Que yo salga de este instante con él para compartir con
los que me rodean lo que he recibido. Que actúe de representante de Dios en el
mundo, para perdonar los “pecados” de aquellos que me rodean, calme sus mentes,
y les ofrezca la paz que a mí se me ha dado.
AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-174-audios-mp3_rf_3995599_1.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario