LECCIÓN
272
¿Cómo
iban a poder satisfacer las ilusiones al Hijo de Dios?
1. Padre, la verdad me pertenece. 2Mi hogar se estableció en el Cielo
mediante tu voluntad y la mía. 3¿Podrían contentarme los sueños?
4¿Podrían brindarme felicidad las ilusiones? 5¿Qué otra cosa sino Tu recuerdo podría satisfacer a Tu Hijo? 6No me contentaré con menos de lo que Tú me has dado. 7Tu Amor, por siempre dulce y sereno, me rodea y me mantiene a salvo
eternamente. 8El Hijo de Dios no puede sino ser tal como Tú lo
creaste.
2. Hoy dejamos atrás las ilusiones. 2Y si oímos a la tentación
llamarnos e invitarnos a que nos entretengamos con un sueño, nos haremos a un
lado y nos preguntaremos si nosotros, los Hijos de Dios, podríamos contentarnos
con sueños cuando podemos elegir el Cielo con la misma facilidad que el
infierno. aY el amor reemplazará gustosamente todo temor.
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Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
http://www.un-curso-de-milagros.com/milagros/LECCIONES-UCDM.pdf
LECCIÓN 272
- 29 SETIEMBRE
“¿Cómo iban a poder satisfacer las ilusiones al Hijo
de Dios?”
Instrucciones para la práctica
Ver las
instrucciones para la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del
Libro de Ejercicios, o en la Tarjeta de Práctica de este libro.
Comentario
Como
algunos anuncios de la televisión, el Curso nos dice que no aceptemos
sustitutos. Queremos “la cosa real”. La ironía de ello es que la mayor parte
del tiempo nos contentamos con ilusiones: ilusiones de amor (relaciones
especiales), ilusiones de seguridad (seguridad económica), ilusiones de
significado (fama, recompensas y reconocimiento del mundo). Nos contentamos con
sueños, e incluso a veces con sueños dentro del sueño, como drogas y fantasías.
Necesitamos
lecciones como ésta. Necesitamos preguntarnos a nosotros mismos: “¿Podrían
brindarme felicidad las ilusiones?” (1:4).Si estamos dispuestos a hacer la
pregunta, conocemos la respuesta. Un escritor y misionero cristiano, Jim
Elliot, escribió una vez: “No está loco el que da lo que no puede conservar,
para ganar lo que no puede perder”. Otra misionera, Amy Carmichael, escribió:
“La vida que cuenta es la que no pierde el tiempo en cosas sin importancia”.
Cuando el brillo del mundo nos atraiga, cuando una relación especial parezca
prometernos significado y plenitud aquí en el mundo, que me recuerde a mí
mismo: “No me contentaré con menos de lo que Tú me has dado” (1:6).
Podemos
encontrar placer y satisfacción temporal en algunas de nuestras ilusiones. Sin
embargo, a la larga nada puede satisfacernos, salvo el recuerdo de Dios (1:5).
Nada puede darme completa satisfacción excepto el conocimiento de que “Tu Amor,
por siempre dulce y sereno, me rodea y me mantiene a salvo eternamente” (1:7).
¿Voy a buscar otra ilusión hoy? ¿O voy a usar mi tiempo con sabiduría, y elegir
el Cielo y la paz de Dios?
¿Qué es el Cristo?
(Parte 2)
L.pII.6.1:3-5
Cristo
es “el Pensamiento que todavía mora en la Mente que es Su Fuente” (1:3). El
Curso nos enseña que nuestra realidad es un Pensamiento dentro de la Mente de
Dios. Una y otra vez el Curso insiste en que las ideas no abandonan su Fuente.
Permanecen en la mente que las está pensando. Una idea no puede separarse de la
mente, es una parte de la mente, una función de la mente que la piensa. Y somos
eso en relación con Dios. La separación entre nuestro Ser y la mente de Dios es
igual de imposible que la separación entre una idea y la mente que la piensa.
Mi verdadero Ser, tu verdadero Ser, nuestro verdadero Ser, es el Cristo.
Nuestro Ser jamás ha abandonado nuestro santo hogar (1:4) en la Mente de Dios.
Eso es un hecho. Basado en ese hecho, cualquier cosa que parezca lo contrario
debe ser una mentira, una ilusión. No estamos caminando sin rumbo en este
mundo, “en Dios estás en tu hogar, soñando con el exilio” (T.10.I.2:1). Nuestra
separación es sólo un sueño, no una realidad; por eso el Curso está tan seguro
del resultado final.
No
hemos abandonado a Dios, y puesto que no lo hemos hecho, no hemos perdido
nuestra inocencia (1:4, también L.182.12:1). Todas las cosas horribles que
podemos pensar que hemos hecho o dicho no tienen realidad en la verdad, son
parte del sueño del exilio. Todavía estamos en el hogar. ¿Has soñado alguna vez
que hiciste algo terrible o vergonzoso, y luego te despertaste aterrorizado,
horrorizado, y sentiste luego un gran alivio de que no fuera verdad? “¡Sólo fue
un sueño!” Algún día todos nosotros tendremos esa experiencia a gran escala,
nos despertaremos y nos daremos cuenta de que todo este mundo fue un sueño, que
nunca ocurrió. A pesar de todo lo que nos hemos imaginado, despertaremos y nos
encontraremos a nosotros mismos “inmutables para siempre en la Mente de Dios”
(1:5).
AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-272-audios-mp3_rf_8400009_1.html
VIDEO Mich Gaymard:
https://www.youtube.com/watch?v=8UqVmZx8JZc
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