LECCIÓN 300
Este mundo dura tan sólo un instante.
1. Este pensamiento se puede utilizar para expresar
que la muerte y el pesar es lo que le
espera a todo aquel que viene aquí, pues sus alegrías desaparecen antes de que
las pueda disfrutar o incluso tener a su alcance. 2Mas es también la
idea que no permite que ninguna percepción falsa nos mantenga en su yugo,
ni represente más que una nube pasajera en un firmamento eternamente despejado.
3Y es esta calma, clara, obvia y segura, lo que buscamos hoy.
2. Hoy vamos en busca de TU mundo santo. 2Pues
nosotros, Tus amorosos Hijos, perdimos el rumbo por un momento. 3Mas
al haber escuchado Tu Voz hemos aprendido exactamente lo que tenemos que hacer
para que se nos restituya el Cielo y nuestra verdadera Identidad. 4Y damos
gracias hoy de que el mundo dure tan sólo un instante. 5Queremos
ir más allá de ese ínfimo instante y llegar a la eternidad.
Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
http://www.un-curso-de-milagros.com/milagros/LECCIONES-UCDM.pdf
LECCIÓN 300 - 27 OCTUBRE
“Este mundo dura tan sólo
un instante”
Instrucciones
para la práctica
Ver las instrucciones para
la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o
en la Tarjeta de Práctica de este
libro.
Comentario
Qué gran lección con la que
terminar una serie de diez días en los que hemos estado pensando en la Sección
“¿Qué es el mundo real?” Aquí el
pensamiento es la otra cara del instante santo. Este mundo no es más que un
instante no santo. Sólo existen dos instantes, y estamos en uno o en el otro
todo el tiempo.
La idea de hoy podría
tomarse de manera negativa, pensando en lo pasajero de la naturaleza de la
vida, “una breve vela” como la llamó Shakespeare, en la que “sus alegrías desaparecen antes de que las pueda
disfrutar o incluso tener a su alcance” (1:1). Por otra parte, ¡lo corto de la
existencia en este mundo puede ser un pensamiento muy esperanzador! “Mas es
también la idea que no permite que ninguna percepción falsa nos mantenga en su yugo,
ni represente más que una nube pasajera en un firmamento eternamente despejado”
(1:2).
La alucinación que es este
mundo no es más que una nube pasajera que está atravesando la serenidad de
nuestra mente recta. Nuestras percepciones falsas no durarán más que un
instante y luego habrán desaparecido. Como un niño en un viaje largo en coche,
“pronto” nos puede parecer muy, muy largo, pero nuestro Padre sabe que el final
es seguro. Las nubes de nuestra percepción falsa, desaparecerán, el sol saldrá
de nuevo, habiendo estado oculto sólo por un instante. Nuestra mente reconocerá
su propia serenidad una vez más.
“Y es esta calma, clara, obvia y segura, lo que buscamos hoy”. (1:3)
Que busque hoy
esa serenidad. Que la vea ahora, y en cada instante que hoy recuerde hacerlo.
Que me abra a ese instante santo, y que recuerde que más allá de las nubes que
parecen oscurecer mi mente, el sol sigue brillando sin interrupción. Que me
sienta contento y agradecido de que “el mundo dure tan sólo un instante” (2:4).
Que vaya “más allá de ese ínfimo instante y llegue a la eternidad” (2:5). Voy a
hacerlo ahora. Que llegue a ese otro
estado mental a menudo hoy.
¿Qué
es el mundo real? (Parte 10)
L.pII.8.5:3-4
“Un sólo instante” el instante
para que Dios dé Su paso final (5:2), “ese instante es nuestro objetivo, pues
en él yace el recuerdo de Dios” (5:3). Una semejanza que me viene a la mente es
la de un equipo de fútbol intentando ganar la Super Copa. El “paso final” es
ganar el trofeo, por así decirlo. Ésa es la meta final del equipo. Pero
realmente no tiene nada que ver con el trofeo, su tarea es ganar partidos y
llegar a ese momento de la victoria. Entonces el trofeo se lo conceden los
oficiales de la Liga Nacional de Fútbol. Aunque la imagen de luchar por una
victoria contra los contrarios no encaja en nuestra consecución del mundo real,
la idea general sí está relacionada. Nuestra tarea consiste únicamente en
llegar al punto (mundo real) en el que conseguir el trofeo (el recuerdo de
Dios) es posible, pero el paso final es Dios Mismo Quien lo da. No estamos
aprendiendo a recordar a Dios. Estamos aprendiendo a olvidar todo lo que impide
ese recuerdo, a eliminar todo el falso aprendizaje que hemos interpuesto entre
nuestra mente y la verdad. Cuando hayamos eliminado los obstáculos con la ayuda
del Espíritu Santo, el recuerdo de Dios regresará por sí mismo.
“Y al contemplar un mundo perdonado” (ése es el resultado del trabajo que
hemos hecho con el Espíritu Santo, aprendiendo a perdonar), “Él es Quien nos
llama y nos viene a buscar para llevarnos a casa” (Dios es Quien nos lleva más
allá del mundo real), “recordándonos nuestra Identidad, la cual nos ha sido
restituida mediante nuestro perdón” (5:4). Cuando hayamos perdonado al mundo,
se nos restaura el recuerdo de Dios y también el recuerdo de nuestra propia
Identidad en Él. Esta última parte no es algo que hacemos nosotros “Él es Quien
nos llama y nos viene a buscar para llevarnos a casa”.
Esto no
es sólo un asunto teológico interesante. Tiene consecuencias prácticas. A veces,
cuando hemos empezado una búsqueda espiritual, el ego puede distraernos
haciendo que intentemos llegar directamente a Dios. Podemos quedarnos enredados
en una lucha por intentar recordar a Dios, intentar recordar nuestra Identidad
como Hijo de Dios. Aunque ésta es nuestra meta final (como el trofeo en la
Super Copa), si hacemos de ello el objeto de todos nuestros esfuerzos directos,
jamás llegaremos allí. Eso sería como intentar robar el trofeo en lugar de
ganarlo legalmente. Nuestra atención tiene que centrarse en hacer lo que nos
preparará para recibir el recuerdo de Dios de Su propia mano. Es decir,
perdonar. Si nuestra meta inmediata es recordar a Dios o nuestra Identidad,
estamos intentando evitar los pasos que son necesarios para alcanzar esa meta. No
podemos saltarnos esos pasos.
Perdonaré, y esto
desaparecerá.
Repite estas mismas palabras ante toda aprensión, preocupación o
sufrimiento. Y entonces estarás en posesión de la
llave que abre las puertas del Cielo y que hace que el Amor de Dios el Padre
llegue por fin hasta la tierra para elevarla hasta el Cielo. Dios Mismo dará
este paso final. No te niegues a dar los pequeños pasos que te pide para que
puedas llegar hasta Él. (L.193.13:3-7)
http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-300-audios-mp3_rf_8492617_1.html
VIDEO Mich Gaymard:
https://www.youtube.com/watch?v=ub7ySK2kaCc
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