LECCIÓN 303
Hoy nace en mí el Cristo santo.
1. Velad conmigo, ángeles, velad conmigo hoy. 2Que todos los
santos Pensamientos de Dios me rodeen y permanezcan muy quedos a mi lado
mientras nace el Hijo del Cielo. 3Que se acallen todos los sonidos
terrenales y que todos los panoramas que estoy acostumbrado a ver desaparezcan.
4Que a Cristo se le dé la bienvenida allí donde Él está en Su
hogar, 5y que no oiga otra
cosa que los sonidos que entiende y vea únicamente los panoramas que reflejan
el Amor de Su Padre. 6Que Cristo deje de ser un extraño aquí, pues
hoy Él renace en mí.
2. Le doy la bienvenida a tu Hijo, Padre. 2Él ha venido a
salvarme del malvado ser que fabriqué. 3Tu Hijo es el Ser que
Tú me has dado. 4Él es lo que yo soy en verdad. 5Él
es el Hijo que Tú amas por sobre todas las cosas. 6Él
es mi Ser tal como Tú me creaste. 7No es Cristo quien puede ser crucificado. 8A
salvo en Tus Brazos, déjame recibir a Tu
Hijo.
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Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
http://www.un-curso-de-milagros.com/milagros/LECCIONES-UCDM.pdf
LECCIÓN 303 - 30 OCTUBRE
“Hoy nace en mí el Cristo
santo”
Instrucciones
para la práctica
Ver las instrucciones para
la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o
en la Tarjeta de Práctica de este
libro.
Comentario
De esto es de lo que trata
todo: el nacimiento de Cristo en mí. Cuando me aquieto esta mañana, el Hijo del
Cielo nace en mí. El malvado ser que inventé desaparece y nace Cristo. Lo que
he creído ser no es verdad, Cristo “es lo que yo soy en verdad” (2:4). “Él es
mi Ser tal como Tú me creaste” (2:6). Que sienta la maravilla de Él. Que sienta
el roce de las alas angélicas observando con alegría mientras me hago
consciente de lo que está sucediendo en mí.
¿Por qué nos parece tan
difícil conectar con la verdad de todo esto? Mientras intentas sentir la
realidad del Ser de Cristo, date cuenta de los pensamientos que surgen en
contra de ello. Pensamientos de culpa y de no ser digno, pensamientos burlones,
pensamientos de sentir que es una locura, pensamientos de inutilidad. El ego se
compone de estos pensamientos, son pensamientos que forman el “malvado ser”
(2:2) que te has inventado para ti mismo. No significan nada. Deja que se vayan
arrastrados por el viento, y permite que la consciencia de tu verdadera
grandeza como creación de Dios ocupe su lugar. Este noble y maravilloso Ser que
sientes a veces, y quizá estás sintiendo ahora, este Ser de Amor sin límite,
esta bendición universal, ternura y amabilidad, esto eres tú.
“A salvo en Tus Brazos,
déjame recibir a Tu Hijo” (2:8). Cuando nuestra mente acude a la luz dentro de
nosotros y busca a Cristo, Él renace en nosotros (L.rV.In.7:3). Lo que hacemos
en cada instante que permitimos que el Espíritu Santo ilumine nuestra mente es
traer a Cristo a este mundo, dando a luz al santo Hijo de Dios entre nosotros.
Somos como María, diciendo: “Hágase en mí Tu Voluntad”.
¿Qué
es el Segundo
Advenimiento? (Parte 3)
L.pII.9.2:1-2
Continuamos
con el punto 4 de la lista: “Estás dispuesto
a dejar que el perdón descanse sobre todas las cosas sin excepción y sin
reservas”
El Segundo Advenimiento de
Cristo es “totalmente inclusivo” (2:1). Todas
las mentes sanan juntas. Esto “es lo que le permite envolver al mundo y
mantenerte a salvo en su dulce llegada, la cual abarca a toda cosa viviente
junto contigo” (2:1). Si algo o alguien estuviera excluido del perdón, ¿cómo
podría haber perfecta paz? Todavía existiría el conflicto. Porque el Segundo
Advenimiento “abarca a toda cosa viviente” (2:1). Estamos todos juntos a salvo.
El perdón es total y universal, de todas las cosas a todas las cosas.
“La liberación a la que el
Segundo Advenimiento da lugar no tiene fin, pues la creación de Dios es
ilimitada” (2:2). No tiene fin, no deja fuera a nada. Toda atadura, toda
sensación de esclavitud, toda limitación desaparecen. Éste es el final que
mantenemos en nuestra mente mientras hacemos nuestra pequeña parte, perdonando
a todos los que nos han sido enviados en nuestras relaciones cada día. Llegará
el día en que mi mente y la tuya ya no albergarán ni un solo resentimiento contra
nadie o contra nada, y en el que nadie ni nada albergue ningún resentimiento
contra nosotros. Toda culpa y toda ira habrán desaparecido. “Dios Mismo enjugará todas las lágrimas”
(L.301). Donde antes veíamos oscuridad, vemos la luz (L.302). ¡Qué dicha más
pura y auténtica traerá ese día! Entonces la Voluntad de Dios para nosotros,
nuestra perfecta felicidad, se hará realidad en nosotros y la conoceremos, y
nuestros corazones se desbordarán de eterna gratitud y acción de gracias,
mientras unimos nuestra voz una vez más a la canción de Amor olvidada, que
llena todo el universo.
http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-303-audios-mp3_rf_8688916_1.html
VIDEO Mich Gaymard:
https://www.youtube.com/results?search_query=lecci%C3%B3n+303+un+curso+de+milagros
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