LECCIÓN 310
Paso este día sin miedo y lleno de amor.
1. Quiero pasar este día Contigo, Padre mío,
tal como Tú has dispuesto que deben ser todos mis días. 2Y lo que he
de experimentar no tiene nada que ver con el tiempo. 3El
júbilo que me invade no se puede medir en días u horas, pues le llega a Tu Hijo
desde el Cielo. 4Este día será Tu dulce recordatorio de que
Te recuerde, la afable llamada que le haces a Tu santo Hijo, la señal de que se
me ha concedido Tu gracia y de que es Tu Voluntad que yo me libere hoy.
2. Este día lo pasaremos juntos, tú y yo. 2Y
todo el mundo unirá sus voces a nuestro himno de alegría y gratitud hacia Aquel
que nos brindó la salvación y nos liberó. 3Nuestra paz y nuestra
santidad nos son restituidas. 4Hoy el miedo no tiene cabida en nosotros,
pues le hemos dado la bienvenida al amor en nuestros corazones.
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Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
http://www.un-curso-de-milagros.com/milagros/LECCIONES-UCDM.pdf
LECCIÓN 310 - 6 NOVIEMBRE
“Paso este día sin miedo y
lleno de amor”
Instrucciones
para la práctica
Ver las instrucciones para
la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o
en la Tarjeta de Práctica de este
libro.
Comentario
Todos mis días están
destinados a pasarlos Contigo, Padre, sin miedo y con amor (1:1). Todos. Pocas
veces paso el día así, pero hoy, Padre, quiero pasarlo Contigo. Abro mi corazón
para entregarte este día a Ti. Que así sea, tal como Tú dispones. Que conozca
la dicha que procede del Cielo, no del tiempo (1:2-3). Que se acalle en mi
mente la voz que interfiere, y que oiga la música del Cielo (2:2). No pido visiones
de éxtasis que me saquen de este mundo para siempre, pero sí pido que hoy sea
algo nuevo y más elevado, un anticipo de lo que me aguarda al final del tiempo.
Que este día sea “Tu dulce
recordatorio de que Te recuerde” (1:4). Hazme el regalo de Tu gracia, Padre.
Que sienta algo que me sirva para continuar recordando volver mi mente a Ti una
y otra vez.
Que este día sea “la afable
llamada que le haces a Tu santo Hijo” (1:4). Abre mis oídos y enséñame a
escuchar. Que oiga Tu llamada hoy. Que sienta la atracción de Tu Amor eterno.
Que este día sea “la señal
de que se me ha concedido Tu gracia y de que es Tu Voluntad que yo me libere
hoy” (1:4). Que haya una fresca y conmovedora consciencia de Tu trabajo en mi
vida, de Tu toque en mí. Que vea las señales de que mi libertad es Tu Voluntad.
Que encuentre una confianza renovada en la seguridad del resultado que me
espera en Tu plan.
Que hoy surja de mí una
canción de gratitud. Que aumente mi consciencia de que me estoy uniendo a la
eterna canción, cantada por cada parte de Tu creación. Como dijo el salmista,
“Voy a cantar una nueva canción al Señor”. Que reconozca la alegría que es la
vida misma, dada por Dios, al tiempo que todo el mundo se une a nosotros en la
canción.
Hoy el miedo no tiene cabida en nosotros, pues le hemos dado la
bienvenida al amor en nuestros corazones. (2:4)
¿Qué
es el Segundo Advenimiento? (Parte 10)
L.pII.9.5:5-6
La
tercera cosa que podemos hacer teniendo en cuenta lo que es el Segundo
Advenimiento, es convertirnos nosotros mismos en parte de la Expiación, ya que
la hemos recibido.
Regocijémonos de que podamos hacer la Voluntad de Dios y unirnos en
Su santa luz. ¡Pues mirad!, el Hijo de Dios es uno solo en nosotros, y podemos
alcanzar el Amor de nuestro Padre a través de él. (5:5-6)
La
Voluntad de Dios es Amor. La Voluntad de Dios para nosotros es perfecta
felicidad. La Voluntad de Dios es la extensión sin fin del resplandor de Su
Ser. Podemos hacer eso porque nos
creó para ser eso. Podemos llegar al
Amor de nuestro Padre a través de Su
Hijo. Es elección nuestra unirnos a esa unidad del Hijo que es el cumplimiento
de la Voluntad de Dios. Aquí, en nuestras relaciones dentro del tiempo, estamos
empezando el proceso que culmina en el Segundo Advenimiento, la restauración de
la única Identidad de Cristo. Cuando nos unimos en un propósito común, el de
perdonar y ser perdonados, el de amar y ser amados, acortamos el tiempo para
que la Filiación sea completamente una en manifestación. Cuando entregamos
nuestras relaciones al Espíritu Santo para que Él las use para Su único
propósito de convertirlas en relaciones santas por medio del perdón, nos
estamos uniendo en el cumplimiento de la Voluntad de Dios.
Es a
través de nuestra unión que llegamos al Amor de Dios. Es a través de nuestra
unión que encontramos a Dios. “La realidad de tu relación con
Él radica en la relación que tenemos unos con otros” (T.17.IV.16:7).
AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
VIDEO Mich Gaymard:
https://www.youtube.com/watch?v=vHWxDYXSN6c
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