LECCIÓN 346
Hoy me envuelve la paz de Dios, y me olvido de todo excepto de Su
Amor.
1. Padre, al despertar hoy los
milagros corrigen mi percepción de todas las cosas. 2Y así
comienza el día que voy a compartir Contigo tal como compartiré la eternidad,
pues el tiempo se ha hecho a un lado hoy. 3No ando en pos de cosas temporales, por lo tanto,
ni siquiera las veré. 4Lo que hoy
busco trasciende todas las leyes del tiempo, así como las cosas que se perciben
en él. 5Quiero olvidarme de todo excepto de Tu Amor. 6Quiero morar en Ti y no saber nada de ninguna otra
ley que no sea Tu ley del amor. 7Quiero encontrar la paz que Tú creaste para Tu
Hijo, y olvidarme, conforme contemplo Tu gloria y la mía, de todos los absurdos
juguetes que fabriqué.
2. Y al llegar la noche; recordaremos únicamente la paz de Dios. 2Pues hoy veremos qué clase de paz es la nuestra, cuando nos olvidamos
de todo excepto del Amor de Dios.
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Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
http://www.un-curso-de-milagros.com/milagros/LECCIONES-UCDM.pdf
LECCIÓN 346 - 12 DICIEMBRE
“Hoy me envuelve la paz
de Dios, y me olvido de todo excepto de Su Amor”
Instrucciones
para la práctica
Ver las instrucciones para
la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o
en la Tarjeta de Práctica de este
libro.
Comentario
Antes de
empezar los comentarios acerca de esta lección, voy a compartir algunos
pensamientos:
Muchas
de las lecciones en esta última parte del Libro de Ejercicios, especialmente
ésta, nos llegan desde el estado mental de la mente recta. Ese estado es el
propósito del programa de estudios del Curso. Por lo tanto, para la mayoría de
nosotros, probablemente todos nosotros, representa un estado mental en el que
no vivimos. Sé que hay una parte de mí que está en perfecta armonía con esta
lección, pero también hay otra parte que se mantiene aparte cínicamente y me
dice: “¿Olvidarte de todo excepto de Su Amor? ¡Ja! Más probable es que
recuerdes todo excepto Su Amor. ¿Cuánto tiempo va a durarte esta actitud
pomposa después de que salgas por esa puerta? Y si esto es así, ¿por qué
molestarse en hacer la lección?”
¿Por qué
molestarse? Porque hay una parte de mi mente que está en armonía y canta de
felicidad con esta lección, y es la única “parte” que es real. Cada vez que
intento ponerme en armonía con pensamientos como éste, y dejar que su
significado me inunde y me dirija, algo sucede. Incluso si siento que después
de leerlos y pensar en ellos, siento como si nada hubiese sucedido, algo ha sucedido. Y si, aunque sólo sea
durante un instante, puedo poner mi mente en armonía con ellos para que, sólo
por ese instante, sienta de todo corazón las palabras mientras las digo, puedo
haber ahorrado más de mil años en mi desarrollo espiritual. Verdaderamente, sí,
merece el esfuerzo. Nosotros nos
merecemos el esfuerzo.
Así que
mientras leemos esta lección ahora, intentemos dejar a un lado nuestra
incredulidad durante sólo un instante, y permitamos que estas palabras se
conviertan en la verdad para nosotros. Tengamos fe en que lo que dicen
representa a nuestro verdadero Ser, pues así es. Mantengámonos en el
significado de estas palabras.
A veces
todo parece tan sencillo. Todo lo que hay que hacer es ser felices. A veces
siento que podría “estar ahí” ahora mismo, sin ningún esfuerzo ni lucha. Toda
la tensión y la lucha vienen de la resistencia, no de ningún esfuerzo para
estar iluminado o ser santo. Simplemente olvida todas las cosas excepto Su
Amor. Recuerda únicamente la paz de Dios.
Cuando
esos pensamientos me vienen, todavía noto el miedo a la pérdida. Cuando
abandono la lucha, parece como si estuviera renunciando a algo valioso. Sin
embargo, a lo único que renuncio es al dolor.
¿Y si
empezase a ser feliz todo el tiempo? ¿Y si renunciase a mi empeño en que algo
fuera diferente?
Padre, al despertar hoy los milagros corrigen mi percepción de todas
las cosas. Y así comienza el día que voy a
compartir Contigo tal como compartiré la eternidad, pues el tiempo se ha hecho
a un lado hoy. (1:1-2)
Puedo
compartir este día con Dios al igual que compartiré la eternidad con Él. No
tengo que hacer nada, no tengo que conseguir nada. La salvación no me pide nada
que no pueda dar ahora mismo.
No ando en pos de cosas temporales, por lo tanto, ni siquiera las
veré. Lo que hoy busco trasciende todas las leyes del tiempo, así como las
cosas que se perciben en él. Quiero olvidarme de todo excepto de Tu Amor.
(1:3-5)
En toda
mi búsqueda, Padre, lo que realmente busco es Tu Amor. Las cosas del tiempo
nunca podrán satisfacerme, en este momento las olvido todas gustosamente. Vengo
a Ti, y lo único que necesito es Tu sonrisa llenando mi corazón y
desbordándose.
Quiero morar en Ti y no saber nada de ninguna otra ley que no sea Tu
ley del amor. Quiero encontrar la paz que Tú creaste para Tu Hijo, y olvidarme,
conforme contemplo Tu gloria y la mía, de todos los absurdos juguetes que
fabriqué. (1:6-7)
Únicamente
la creencia de que no soy digno de Tu Amor me impide gozar de él en todo
momento. Tu Amor está aquí ahora. Me permito descansar y relajarme en él. Tu
Amor me sustenta, me sostiene y me apoya. No hay nada más. En Tu Amor contemplo
Tu gloria y la mía propia, pues Amor es lo que soy.
Y al llegar la noche; recordaremos únicamente la paz de Dios. Pues hoy veremos qué clase de paz es la
nuestra, cuando nos olvidamos de todo excepto del Amor de Dios. (2:1-2)
¿Qué me
puede impedir tener un día así? Nada. Abro mi corazón al Amor. El Amor de Dios
me mece como un océano poderoso y me lleva en Su corriente, rodeándome y
flotando en él.
¿Qué es un milagro? (Parte 6)
L.pII.13.3:4-5
Cada azucena de perdón le ofrece al mundo el silencioso milagro del
amor. (3:4)
El amor
es el verdadero milagro.
Los milagros ocurren naturalmente como expresiones de
amor. El verdadero milagro es el amor que los inspira. En este sentido todo lo
que procede del amor es un milagro. (T.1.I.3:1-3)
La azucena significa un
regalo de perdón que yo le doy a un hermano. Cada vez que ofrezco este regalo,
estoy ofreciendo el Amor de Dios al mundo entero. Estoy abriendo una puerta y
permitiendo que el Amor se extienda a todo el mundo a través de mí. Dondequiera
que ese río de Amor llega, la vida florece, y ése es el milagro.
Y cada una de ellas se deposita ante la Palabra de
Dios, en el altar universal al Creador y a la creación, a la luz de la
perfecta pureza y de la dicha infinita. (3:5)
El
regalo de perdón que le doy a mi hermano es también un regalo que Le hago a
Dios. Mi agradecimiento a mis hermanos es mi regalo a Dios. Al reconocer Su
creación, Le reconozco a Él. Abrirme a esta corriente de Amor es la fuente de
la perfecta pureza y de la dicha sin fin. No hay nada tan gozoso como un
corazón amoroso.
AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
VIDEO Mich Gaymard:
https://www.youtube.com/watch?v=tuJQb_Ty07s
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