LECCIÓN 348
Ni mi ira ni mi temor tienen razón de ser, pues Tú me rodeas. Y Tu
gracia me basta para satisfacer cualquier necesidad que yo perciba.
1. Padre, déjame recordar que Tú
estás aquí y que no estoy solo. 2Pues estoy rodeado de un Amor
imperecedero. 3No hay razón para nada, excepto
para la paz y alegría perfectas que comparto Contigo. 4¿Qué necesidad tengo de ira o de temor, 5cuando lo único
que me rodea es la seguridad perfecta? 6¿Cómo puedo sentir miedo cuando
la eterna promesa que me hiciste jamás se aparta de mí? 7Estoy rodeado
de perfecta impecabilidad. 8¿Qué puedo temer, cuando la
santidad en la que Tú me creaste es tan perfecta como la Tuya Propia?
2. La gracia de Dios nos basta para hacer todo lo que Él quiere que
hagamos. 2Y eso
es lo único que elegimos como nuestra voluntad, así como la Suya.
--------------------------------
Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
http://www.un-curso-de-milagros.com/milagros/LECCIONES-UCDM.pdf
LECCIÓN 348 - 14 DICIEMBRE
“Ni mi ira ni mi temor
tienen razón de ser, pues Tú me rodeas. Y Tu gracia me basta para satisfacer
cualquier necesidad que yo perciba”
Instrucciones
para la práctica
Ver las instrucciones para
la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o
en la Tarjeta de Práctica de este
libro.
Comentario
“Tú me rodeas”. Cierra los ojos y permanece muy
quieto y piensa en el Amor o en la Presencia de Dios como una luz dorada.
Imagina que la luz está brillando en frente de ti. Siente su calidez, su luz
dorada, como el resplandor del sol en día radiante de verano.
Ahora, hazte consciente de esa misma luz detrás de
ti. El Amor de Dios está derramándose sobre ti, por delante y por detrás.
Siente su seguridad,
La Presencia de Dios está también a tu derecha y a
tu izquierda. Está por todos los sitios a tu alrededor, por encima y por debajo
de ti. Estás rodeado por esta luz, sumergido en ella. Lo único que te rodea es la seguridad perfecta (1:5), perfecta bondad.
Permítete a ti mismo experimentar cómo se siente todo ello.
En este
amor no hay razón para la ira o el miedo. No hay razón para nada excepto la
perfecta paz y dicha que compartes con Dios.
La gracia de Dios nos basta para hacer todo lo que Él quiere que
hagamos. Y eso es lo único que elegimos como nuestra voluntad, así como la
Suya. (2:1-2)
Hoy
cada vez que puedas, detente por un momento e imagínate a ti mismo rodeado por
el Amor de Dios.
¿Qué es un milagro? (Parte 8)
L.pII.13.4:2-3
Tiene
que haber fe antes de un milagro: el deseo de verlo, la elección de pedir lo
que no puedes ver, y creer que la percepción de nuestro ego es falsa. Pero
cuando surge esa fe, cuando estamos en nuestra mente milagrosa, esa fe
demostrará que está justificada y lo confirmará:
No obstante, la fe convocará a sus testigos para demostrar que aquello
en lo que se basa realmente existe. (4:2)
Cuando pongo mi fe en un
milagro, habrá evidencia y testigos para probar que verdaderamente existe
aquello en lo que pongo mi fe. Por ejemplo, cuando estoy dispuesto a mirar más
allá del ego de mi hermano y ver la llamada de Dios en él, algo sucederá que me
demostrará que la llamada de Dios en él está ahí realmente. Quizá mi perdón se
encontrará con el agradecimiento. Quizá mi respuesta de amor encontrará el amor
volviendo a mí. Quizá veré una chispa de luz en alguien en quien jamás lo creí
posible. La fe traerá sus testigos.
Y así, el milagro justificará tu fe en él, y probará
que esa fe descansaba sobre un mundo más real que el que antes veías: un mundo
que ha sido redimido de lo que tú pensabas que se encontraba allí. (4:3)
Mi
voluntad de creer en la presencia del amor me mostrará la presencia del amor.
Veré lo que elijo ver. Veré que el mundo del espíritu es más real que el mundo
de la materia. La enfermedad será reemplazada por la salud. La tristeza será
reemplazada por la alegría. El miedo será reemplazado por el amor. Y donde
creía ver pecado y maldad, veré santidad y bondad.
Es el
cambio de mi mente lo que trae un mundo diferente. Es mi voluntad de invitar al
milagro la que le abre el camino. Los cambios del mundo que veo no son el
milagro, sino sus resultados. El milagro trae
testigos, muestra un mundo diferente del que pensé que era. Aunque primero
tiene lugar el cambio de mi mente, la fe. Luego los testigos de la fe,
justificándola, confirmándola.
AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
VIDEO Mich Gaymard:
https://www.youtube.com/watch?v=cuq1OKXt7s4
No hay comentarios:
Publicar un comentario