LECCIÓN 40
Soy bendito por ser un Hijo de Dios.
1. Comenzamos hoy a afirmar algunas de las
bienaventuranzas a las que tienes derecho por ser quien eres. 2Hoy
no se requieren largas sesiones de práctica, sino muchas cortas y frecuentes. 3Lo
ideal sería una cada diez minutos, y se te exhorta a que trates de mantener
este horario y a adherirte a él siempre que puedas. 4Si te olvidas,
trata de nuevo. 5Si hay largas interrupciones, trata de nuevo. 6Siempre
que te acuerdes, trata de nuevo.
2. No es preciso que cierres los ojos durante los
ejercicios, aunque probablemente te resultará beneficioso hacerlo. 2Mas
puede que durante el día te encuentres en situaciones en las que no puedas
cerrar los ojos. 3No obstante, no dejes de hacer la sesión por eso. 4Puedes
practicar muy bien en cualquier circunstancia, si realmente deseas hacerlo.
3. Los ejercicios de hoy no requieren ningún
esfuerzo ni mucho tiempo. 2Repite la idea de hoy y luego añade
varios de los atributos que asocias con ser un Hijo de Dios, aplicándotelos a
ti mismo. 3Una sesión de práctica, por ejemplo, podría consistir en
lo siguiente:
4Soy bendito por ser un Hijo de Dios.
5Soy feliz y estoy en paz; soy
amoroso y estoy contento.
6Otra podría ser, por ejemplo:
7Soy bendito por ser un Hijo de Dios.
8Estoy calmado y sereno; me
siento seguro y confiado.
9Si sólo dispones de un momento, basta con que
simplemente te digas a ti mismo que eres bendito por ser un Hijo de Dios.
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Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
http://www.un-curso-de-milagros.com/milagros/LECCIONES-UCDM.pdf
LECCIÓN
40 - 9 FEBRERO
“Soy bendito por
ser un Hijo de Dios”
Instrucciones para
la práctica
Propósito:
Mantenerte
en contacto con las cosas felices a las que tienes derecho como Hijo de Dios.
Recordatorios
frecuentes: Lo más deseable es cada 10 minutos.
Cierra los ojos (si es posible), repite la idea, y aplícate a ti
mismo varias cualidades que asocias con ser un Hijo de Dios. Por ejemplo: “Soy bendito por ser un Hijo de Dios. Soy
feliz y estoy en paz; soy amoroso y estoy contento”.
Observaciones:
Puedes
ver que realmente nos pide que hagamos la práctica hoy. Te anima a que trates de mantener este horario (1:3).
Nos recuerda que la práctica “no requiere ningún esfuerzo ni mucho tiempo”
(3:1). Y tiene tres recursos para cuando no hacemos o no podemos hacer la
práctica según las instrucciones:
- Cuando notes que te has olvidado practicar, aunque sea por mucho tiempo, en lugar de sentirte culpable por ello y abandonar, simplemente vuelve a la práctica de inmediato.
- Si no puedes cerrar los ojos, lo que sucederá muy a menudo, no permitas que eso te impida la práctica. Hazla con los ojos abiertos.
- Si no hay bastante tiempo para hacer la práctica como se sugiere, simplemente repite la idea. Eso supone sólo cuatro segundos.
Comentario
No se te puede pasar por
alto la importancia que el Libro de Ejercicios le concede a intentar la
práctica según las instrucciones. En esta lección, cuya práctica es en cierto
sentido más relajada que la de ayer y en otro sentido una intensificación, no
puedes leer estas palabras y pensar que
el autor cree que no importa si seguimos las instrucciones o no:
“Hoy no se requieren largas
sesiones de práctica, sino muchas cortas y frecuentes. Lo ideal sería una cada
diez minutos, y se te exhorta a que trates de mantener este horario y a
adherirte a él siempre que puedas. Si te olvidas, trata de nuevo. Si hay largas
interrupciones, trata de nuevo. Siempre que te acuerdes, trata de nuevo”. (1:2-6)
Trata… trata… trata. Cuanto más a menudo repitamos la lección,
mayor efecto tendrá en nuestra mente. ¿Cómo puedes hacer un “curso en entrenamiento
mental” (T.1.VII.4:1) sin una disciplina mental? No puedes, es así de simple.
Al mismo tiempo date cuenta
de que aquí no se “culpa” en absoluto. El autor espera (o permite) nuestra
indisciplina y nuestro olvido y nuestras “largas interrupciones” (1:5). Él sabe
que no tenemos disciplina, precisamente por eso es tan “necesaria” la práctica.
Pero Él no nos juzga por ello. Simplemente dice: “Si te olvidas, inténtalo de
nuevo”. No dejes que tu olvido, aunque sea durante largos periodos del día, sea una excusa para abandonarlo durante el
resto del día. Cada vez que nos
acordemos, añadimos un eslabón a la “cadena eslabonada de perdón que, una vez
completa, es la Expiación (T.1.I.25:1).
Incluso llega a señalar que
porque no puedas quedarte solo y cerrar los ojos, eso no es excusa para no
practicar. “Puedes practicar muy bien en cualquier circunstancia, si realmente
deseas hacerlo” (2:4).
La práctica de hoy es muy
sencilla, simplemente, hacer afirmaciones positivas sobre nosotros mismos: “Soy
bendito por ser un Hijo de Dios. Estoy calmado y sereno; me siento seguro y
confiado” (3:7-8). Esto puede llevar 10 o 15 segundos, quizás un poco más para
pensar en una nueva lista de cualidades que asocias con ser un Hijo de Dios:
“Estoy sereno, soy competente e inquebrantable”. “Soy alegre, radiante, y estoy lleno de amor”.
¿Puede alguno de nosotros
considerar un sufrimiento realizar una práctica como ésta? Nuestro ego sí, y se
resistirá. Ya no estoy asustado, pero sigo sorprendiéndome de la variedad de
maneras que el ego encuentra para distraerme
y evitar mis prácticas de felicidad, pues eso es todo lo que estamos
haciendo aquí. Observar la constante oposición del ego a mi felicidad es algo
que me convenció de esta línea del texto: “El ego no te ama” (T.9.VII.3:5).
Por razón de lo que yo soy,
una extensión de Dios, tengo derecho a la felicidad. El ego tiene que resistirse a esa idea porque
su existencia depende de mi creencia de
que yo me he separado de Dios, por eso el ego quiero que yo sea desgraciado.
Quiere que yo crea que no merezco ser feliz. Quizás no quiere que yo sea
completamente desgraciado, eso podría provocar que reconsiderara todo. Sólo “un
leve río de infelicidad”, como lo llama Marianne Williamson. Sólo un soplo de
tristeza y de impermanencia colándose hasta en mis mejores momentos. Justo lo suficiente para evitar que escuche
al Otro Tío que habla de mi unión con Dios. Y ciertamente no quiere que yo sea feliz. Ser feliz es peligroso para el
ego. Ser feliz significa que la separación no es verdad.
¡Y no lo es!
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AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-40-audios-mp3_rf_3905427_1.htmlVIDEO Mich Gaymard:
http://www.michelgaymard.com/site/leccion-40-un-curso-de-milagros-soy-bendito-por-ser-un-hijo-de-dios/
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