Lecciones UN CURSO DE MILAGROS
LECCIÓN 69
Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mí.
1. Nadie puede ver lo que tus resentimientos ocultan. 2Debido a
que tus resentimientos ocultan la luz del mundo en ti, todo el mundo se halla
inmerso en la oscuridad, y tú junto con ellos. 3Pero a medida que el
velo de tus resentimientos se descorre, tú te liberas junto con ellos. 4Comparte
tu salvación con aquel que se encontraba a tu lado cuando estabas en el
infierno. 5Él es tu hermano en la luz del mundo que os salva a
ambos.
2. Intentemos hoy nuevamente llegar a la luz en ti. 2Antes de
emprender esto en nuestra sesión de práctica más larga, dediquemos varios
minutos a reflexionar sobre lo que estamos tratando de hacer. 3Estamos
intentando literalmente ponernos en contacto con la salvación del mundo. 4Estamos
tratando de ver más allá del velo de tinieblas que la mantiene oculta. 5Estamos
tratando de descorrer el velo y de ver las lágrimas del Hijo de Dios desaparecer
a la luz del sol.
3. Hoy daremos comienzo a nuestra sesión de práctica más larga plenamente
conscientes de que esto es así y armados de una firme determinación por llegar
hasta aquello que nos es más querido que ninguna otra cosa. 2La
salvación es nuestra única necesidad. 3No tenemos ningún otro propósito
aquí ni ninguna otra función que desempeñar. 4Aprender lo que es la
salvación es nuestra única meta. 5Pongamos fin a la ancestral
búsqueda descubriendo la luz en nosotros y poniéndola en alto para que todos
aquellos que han estado buscando con nosotros la vean y se regocijen.
4. Y ahora, muy serenamente y con los ojos cerrados, trata de deshacerte de
todo el contenido que generalmente ocupa tu conciencia. 2Piensa en
tu mente como si fuera un círculo inmenso, rodeado por una densa capa de nubes
obscuras. 3Lo único que puedes ver son las nubes, pues parece como si
te hallaras fuera del círculo y a gran
distancia de él.
5. Desde donde te encuentras no ves nada que te indique que detrás de las
nubes hay una luz brillante. 2Las nubes parecen ser la única realidad.
3Parece como si fueran lo único que se puede ver. 4Por lo
tanto, no tratas de atravesarlas e ir más allá de ellas, lo cual sería la única
manera de convencerte realmente de su insustancialidad. 5Eso es lo
que vamos a intentar hoy.
6. Después de que hayas pensado en cuán importante es para ti y para el
mundo lo que estás intentando hacer, trata de alcanzar un estado de perfecta
quietud, recordando únicamente la intensidad con la que deseas alcanzar hoy
mismo, en este mismo instante, la luz que resplandece en ti. 2Resuélvete
a atravesar las nubes. 3Extiende tu mano y, en tu mente, tócalas. 4Apártalas
con la mano, y siente como rozan tus mejillas, tu frente y tus ojos a medida
que las atraviesas. 5Sigue adelante; las nubes no te pueden detener.
7. Si estás haciendo los ejercicios correctamente, empezarás a sentir como
si estuvieses siendo elevado y transportado hacia adelante. 2Tus
escasos esfuerzos y tu limitada determinación invocan el poder del universo
para que venga en tu ayuda, y el Propio Dios te sacará de las tinieblas y te
llevará a la luz. 3Estás actuando de acuerdo con Su Voluntad. 4No
puedes fracasar porque tu voluntad es la Suya.
8. Ten confianza en tu Padre hoy y certeza de que Él te ha oído y te ha
contestado. 2Es posible que aún no reconozcas Su respuesta, pero
puedes estar seguro de que se te ha dado y de que la recibirás. 3Trata
de tener presente esta certeza, según intentas atravesar las nubes en dirección
a la luz. 4Trata de recordar que por fin estás uniendo tu voluntad a
la de Dios. 5Trata de mantener claro en tu mente el pensamiento de
que lo que emprendes con Dios no puede
sino tener éxito. 6Deja entonces que el poder de Dios obre en ti y a
través de ti, para que se haga Su Voluntad y la tuya.
9. En las sesiones de práctica más cortas, que te conviene llevar a cabo tan
a menudo como sea posible en vista de la importancia que la idea de hoy tiene
para ti así como para tu felicidad, recuérdate a ti mismo que tus
resentimientos ocultan la luz del mundo de tu conciencia. 2Recuérdate
también que no la estás buscando solo y que sabes dónde encontrarla. 3Di
entonces:
4Mis resentimientos ocultan la
luz del mundo en mí.
5No puedo ver lo que he ocultado.
6Mas por mi salvación y por la salvación del mundo, deseo que me sea
revelado.
7Asegúrate asimismo de decir para tus adentros:
si sientes
hoy la tentación de abrigar algún resentimiento contra alguien.
-----------------------------------
Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
LECCIÓN
69
Mis
resentimientos ocultan la luz del mundo en mí”
Instrucciones para
la práctica:
Propósito:
Levantar
el velo de resentimientos que ha ocultado la luz del mundo en ti, para que
puedas experimentar la luz y dejar que la salvación brille sobre el mundo. Éste
es otro intento de experimentar la luz en ti (ver L.41.5:3 y L.44.3:1).
Ejercicio
más largo: Una vez, duración de diez a quince minutos.
- Pasa varios minutos cultivando la elevada actitud que es tan importante para la meditación del Curso. Piensa en lo que estás intentando, en su importancia para ti y para el mundo. Estás intentando levantar el velo y entrar en contacto con la luz del mundo, para que puedas mantenerla en alto y que todos la vean y sean bendecidos por ella. Estás intentando llegar a lo único que necesitas, a tu única función, tu meta y tu objetivo. Decídete a alcanzarla.
- Luego, con los ojos cerrados, abandona todos tus pensamientos. Imagínate tu mente como una inmensa esfera de luz radiante, completamente envuelta por una capa de nubes obscuras (tus resentimientos). Desde tu posición fuera de la esfera, todo lo que puedes ver son nubes.
- Ahora empieza la meditación. Como antes, puedes ver que tiene tres aspectos:
- El movimiento básico es de viajar a través de las nubes y hacia dentro de la luz. “Extiende tu mano y, en tu mente, tócalas. Apártalas con la mano, y siente cómo rozan tus mejillas, tu frente y tus ojos a medida que las atraviesas” (6:3-4).
- Si tu mente se distrae, repite la idea y luego continúa tu viaje a través de las nubes.
- Sobre todo, mantén esa elevada actitud cultivada en la primera fase, una actitud de deseo (recuerda lo mucho que deseas alcanzar la luz), decisión firme (decídete a llegar allí), y confianza (date cuenta de que no puedes fracasar, porque esto está de acuerdo con la Voluntad de Dios.
- Si haces tu parte correctamente, el poder de Dios hará el resto. Sentirás Su poder elevándote y llevándote dentro de la luz.
Recordatorios
frecuentes: Tan a menudo como sea posible (sugerencia: varias veces por hora).
Di: “Mis resentimientos
ocultan la luz del mundo en mí. No puedo ver lo que he ocultado. Mas por mi
salvación y por la salvación del mundo, deseo que me sea revelado (por
Dios).
Respuesta
a la tentación: Siempre que te sientas tentado de albergar un
resentimiento.
Di: “Si abrigo este
resentimiento, la luz del mundo quedará velada para mí”.
Comentario
Yo soy la luz del mundo,
pero la luz no puede brillar hacia fuera porque mis resentimientos la
ocultan. Cuando abandono mis resentimientos,
la luz es liberada, y libera a mi hermano y a mí mismo. Mi función con todo el
que me encuentro es compartir mi salvación con él.
La práctica de hoy es otro
intento de “llegar a la luz en ti” (2:1), en otras palabras, de volverme
consciente de mi Ser tal como Dios Lo creó, completamente amoroso y
completamente digno de ser amado. Fíjate en que la forma de esta práctica es
semejante a lo que ya hemos visto antes, es una práctica que se repite a menudo
en el Libro de Ejercicios de maneras diferentes. En general, se trata de
intentar ir a través o dejar atrás, o abandonar los pensamientos que
normalmente ocupan nuestra mente, establecernos en la quietud profunda de
nuestro interior, y más allá de mis pensamientos de la superficie llegar a algo
muy profundo dentro de mí, al Ser del que normalmente no soy consciente. Éste
es el método de meditación del Curso. Es una de las herramientas que nos da el
Libro de Ejercicios, y debería aprenderse y usarse incluso después de que la práctica del Libro de Ejercicios haya
terminado.
A lo que estamos intentando
llegar es “aquello que nos es más querido que ninguna otra cosa” (3:1). Llegar,
encontrarlo, y liberarlo al mundo es nuestro único propósito y nuestra única
función en la tierra. “Aprender lo que es la salvación es nuestra única meta”
(3:4). Me encantan las conmovedoras imágenes de esta frase: “Estamos tratando
de descorrer el velo y de ver las lágrimas del Hijo de Dios desaparecer a la
luz del sol” (2:5). ¿Puedes sentir como yo ese tirón, ese vivo deseo de liberar
la luz del mundo que está en ti?
“Hay una luz que este mundo
no puede dar. Mas tú puedes darla, tal como se te dio a ti. Y conforme la des,
su resplandor te incitará a abandonar el mundo y a seguirla. Pues esta luz te
atraerá como nada en este mundo puede hacerlo” (T.13.VI.11:1-4).
AUDIO (en Ivoox) de Loran@ Galindo
No hay comentarios:
Publicar un comentario