LECCIÓN 256
Dios es mi único objetivo hoy.
1. La única manera de llegar a Dios aquí es mediante
el perdón. 2No hay otra manera. 3Si la mente no le
hubiese concedido tanto valor al pecado, ¿qué necesidad habría habido de
encontrar el camino que conduce a donde ya te encuentras? 4¿Quién
tendría aún incertidumbre? 5¿Quién podría estar inseguro de lo que
es? 6¿Y quién podría seguir durmiendo entre espesas nubes de duda
con respecto a la santidad de aquel que Dios creó libre de pecado? 7Aquí
sólo podemos soñar. 8Pero podemos soñar que hemos perdonado a aquel
en quien todo pecado sigue siendo imposible, y esto es lo que elegimos soñar
hoy. 9Dios es nuestro objetivo, y el perdón, el medio por el que
nuestras mentes por fin regresan a Él.
2. Y así es, Padre nuestro, como queremos
llegar a ti por el camino que Tú has señalado. 2No tenemos otro
objetivo que oír Tu Voz y hallar el camino que Tu sagrada Palabra nos ha
señalado.
--------------------------------
Ayuda para las lecciones:
de Robert Perry y Allen Watson
http://www.un-curso-de-milagros.com/milagros/LECCIONES-UCDM.pdf
LECCIÓN 256
- 13 SETIEMBRE
“Dios es mi
único objetivo hoy”
Instrucciones para la práctica
Ver las
instrucciones para la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del
Libro de Ejercicios, o en la Tarjeta de Práctica de este libro.
Comentario
El
título de la lección habla de nuestro objetivo. Las dos primeras frases tratan
de los medios para lograr el
objetivo:
La única manera de llegar a Dios aquí es mediante el perdón. No hay
otra manera. (1:1-2)
Hablamos
de medios y objetivo. Justo el otro día leí la sección del Texto “La
Correspondencia entre Medios y Fin” (T.20.VII), en la que se explicaba cómo, si
aceptamos el objetivo, tenemos que aceptar los medios para llegar allí.
El
medio es el perdón, y el Curso continuamente insiste en que el perdón no es
difícil ni puede serlo, porque todo lo que pide es que reconozcamos que lo que
no existe no ha ocurrido, y sólo la verdad es verdad. ¿Cómo puede ser difícil
ser lo que ya eres? Si sentimos que el perdón es difícil, sólo puede haber una
razón: no queremos el medio porque todavía no queremos el objetivo.
En
otras palabras, cualquier dificultad no procede del perdón en sí mismo, sino de
que yo no lo quiero. Me señala a lo que estoy eligiendo, me indica que siempre
tengo exactamente lo que quiero. El perdón parece difícil porque quiero que
parezca difícil, y quiero que el medio parezca difícil para poder proyectar mi
falta de voluntad sobre el medio que Dios me ha dado, culpando a ese medio en
lugar de reconocer que yo soy la causa del problema.
“No hay
otra manera” (1:2). Si el problema es únicamente la idea de pecado, la única
solución tiene que ser el perdón. “Si la mente no le hubiese concedido tanto
valor al pecado, ¿qué necesidad habría habido de encontrar el camino que
conduce a donde ya te encuentras?” (1:3). Estamos intentando encontrar nuestro
camino a Dios y ¡ya estamos ahí! No habría necesidad de nada si no hubiésemos
“dado tanta importancia” al pecado. Al escuchar los pensamientos de nuestro
ego, queríamos encontrar un motivo para la separación, y el pecado junto con la
culpa y el miedo proporcionaron el motivo. Todo lo inventamos, y tenemos que
ser los que los abandonemos.
Si
despertásemos, el sueño de pecado desaparecería. Pero tenemos demasiado miedo
para despertar, y el sueño de pecado y de culpa aparentemente se alimenta a sí
mismo. Parece que no hay escapatoria. “Aquí sólo podemos soñar” (1:7). Pero (y
este es un gran “pero”) “podemos soñar que hemos perdonado a aquel en quien
todo pecado sigue siendo imposible, y esto es lo que elegimos soñar hoy” (1:8).
Así que
paso mis días dándome cuenta del sueño de pecado y perdonándolo, una y otra
vez, cada vez más, hasta que no quede nada que perdonar. En ese momento mi
miedo a Dios habrá desaparecido, y despertaré.
Cuando
hoy me dé cuenta de miedo o de culpa, o de pensamientos con juicios sobre los
que me rodean, voy a mirarlos y reconocer que son insignificantes, que no
significan nada. No voy a dejar que me molesten, y voy a saber que mi paz sigue
sin ser alterada. Que entienda que nada de ello importa, y que todavía descanso
en Dios. No son esos pensamientos lo que quiero, escuchar la Voz de Dios es mi único objetivo hoy.
¿Qué es el pecado?
(Parte 6)
L.pII.4.3:3-4
Si el
“pecado” es algo real, lo que supone es enorme. Y completamente imposible. ¿Qué
es lo que parece demostrar la realidad del pecado? “El pecado
"prueba" que el Hijo de Dios es malvado, que la intemporalidad tiene
que tener un final y que la vida eterna sucumbirá ante la muerte” (3:3). Si el
Hijo que Dios creó ha pecado de verdad, entonces el Hijo de Dios debe ser
malvado. ¿Es posible eso? Si el Hijo de Dios es malvado, entonces lo que fue
creado eterno debe terminar, el eterno Hijo de Dios debe morir. La “justicia”
lo pediría. ¿Es posible que algo eterno termine, que algo eterno muera? Por
supuesto que no, esto es absurdo. No puede ser.
El
pecado también demuestra que “Dios Mismo ha perdido al Hijo que ama, y de lo
único que puede valerse para alcanzar Su Plenitud es la corrupción; la muerte
ha derrotado Su Voluntad para siempre, el odio ha destruido el amor y la paz ha
quedado extinta para siempre” (3:4). El pensamiento de que Dios pierda lo que
ama, siempre me ha parecido imposible, la idea del infierno y de la condenación
eterna no tienen ninguna explicación. Yo solía pensar: “Si voy al Cielo, y mi
padre” (que no creía en Dios) “va al infierno, ¿cómo puedo ser eternamente
feliz, sabiendo que mi padre está sufriendo en el infierno? Si no soy feliz,
¿cómo podría estar en el Cielo? Y si yo no soy feliz, ¿cómo puede serlo Dios?
Si el
pecado es real, el Hijo que Dios creó para que lo completase sería malvado, y
Dios sólo tendría la maldad para completarlo. Su Voluntad ha fallado
completamente. La maldad gana. Nunca más puede haber paz.
Por lo
tanto, el pecado no puede ser real. La culpa y el miedo siguen al pecado dentro
de la irrealidad. Si no hay pecado, no hay culpa. Si no hay culpa, no hay
miedo. ¿De qué otro modo podría existir la paz? “El pecado es demencia” (1:1).
Si Dios es Dios, si Su Voluntad se hace, si la creación es eterna, el pecado no
puede existir. Esto es lo que el perdón nos muestra:
Todo pecado sigue siendo imposible, y esto es lo que elegimos soñar
hoy. Dios es nuestro objetivo, y el perdón, el medio por el que nuestras mentes
por fin regresan a Él. (L.256.1:8-9)
http://www.ivoox.com/lecciones-curso-milagros-256-audios-mp3_rf_8280299_1.html
VIDEO Mich Gaymard:
http://www.michelgaymard.com/site/leccion-256-dios-es-mi-unico-objetivo-hoy/
No hay comentarios:
Publicar un comentario